
Por Francisco Hernández
CHETUMAL.- Luego de el Diario Cambio 22 diera a conocer la inconformidad de la comunidad cultural de Quintana Roo con el retiro del cráneo de Bernardino Cen de las piezas en exposición en el Museo de la Guerra de Castas, el Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo (ICA) confirmó que lo tiene guardado en espera de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) le done unas vitrinas especiales para volverla a exhibir al público.
En un comunicado que destila el enojo que le produjo a la directora del instituto, Lilian Villanueva Chan, el señalamiento de la falta de explicaciones oficiales sobre el destino de la pieza, negó que el cráneo y el busto con la reconstrucción científica del rostro del caudillo maya no se encuentren en el museo, y afirmó que están “resguardados” en el mismo edificio, sin precisar el área o sitio donde fueron embodegados.
Asegura que, para su resguardo, las dos piezas fueron embaladas por los restauradores que les envió la dirección Nacional del INAH, a través del museo Nacional de Antropología e Historia, y aunque no lo precisa, se entiende que fue al momento de ser retirados de la sala de exhibición para los trabajos de remodelación de la museografía, en 2023.
“Cabe mencionar que serán colocados en capelos (vitrinas especiales), mismas que serán donadas amablemente por el INAH, como los otros capelos especiales, para la debida exhibición y protección de la colección dada en comodato por la misma institución”, agrega.
No obstante, no establece un plazo para que la pieza sea puesta de nuevo en la sala de exhibición, cuando ha sido su ausencia la que precisamente ha sido ampliamente criticada desde que se reabrió el museo a principios del 2024.
El gobierno del estado invirtió 5.5 millones de pesos en la rehabilitación del edificio y la modificación de la museografía, por lo que resalta que el ICA no incluyera en el presupuesto la adquisición de los capelos para exhibir las que hasta el 2023 eran las piezas fundamentales del Museo de la Guerra de Castas, y que se encuentre en espera de una donación del INAH.
De la misma forma, llama la atención que sea después de casi un año de haberse reabierto al público el remodelado museo, y tras varias críticas hacia el retiro de la cabeza de Bernardino Cen de su museografía, que el organismo encabezado por Lilian Villanueva Chan ofrezca una mediana y forzada explicación a la ciudadanía del paradero del vestigio óseo y del destino que tendrá, independientemente de la reacción furibunda con la que adorna su comunicado.
Tal explicación debió darse a la comunidad, y por lo menos a los dignatarios mayas que aprobaron el destino de los restos de su antepasado, desde que se realizó la remodelación o al menos desde que se reabrió el museo, pero brilló por su ausencia, hasta que la directora del ICA se enojó con las críticas.
Por otra parte, no sólo la falta del cráneo y el busto de Bernardino Cen en la sala de exhibición del museo ha sido criticada, sino también el contenido de la nueva museografía, porque mezcla elementos históricos y etnográficos que no tienen relación con la Guerra de Castas, motivo temático de este espacio cultural, cuestionamientos que posiblemente también produzcan reacciones irascibles a la funcionaria.