
Signos
Por lo menos la izquierda del priismo de Ifigenia, de Cuauhtémoc, Paredes, Muñoz Ledo, Andrés Manuel y similares tenía discurso, astucia representativa, y experiencias y méritos institucionales, de gobierno y de negociación política.
Tenía gracia y respetabilidad. Podía ser simuladora o auténtica, dependiendo de los entornos y las circunstancias del poder, pero era convincente, pese a sus antecedentes de complicidad con el corrupto populismo echeverrista y lópezportillista que hundió al país y dio origen al delamadridismo y al Estado privatizador del neoliberalismo salinista.
Pero esta del relevo es anodina, dogmática, improvisada, repetitiva y sin originalidad ni capacidad de gestión. No ha evolucionado. El radicalismo oposicionista y palabrero sigue siendo, como en los tiempos preparatorianos, su único recurso. Y si sigue en el poder, es por el oxígeno popular que le queda del bono del obradorismo carismático expriista. El que al cabo se agotará.
SM