
CHETUMAL.- Una nueva trama de corrupción vuelve a colocar en el centro del escándalo al Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo). Al menos tres trabajadores habrían operado durante meses un esquema clandestino para expedir licencias de conducir falsas a ciudadanos que buscaban evitar filas, exámenes y trámites formales.
De acuerdo con testimonios recabados, el procedimiento era tan rudimentario como eficaz: una fotografía tomada contra una pared blanca, una firma en una hoja lisa y un pago de mil 800 pesos. Con eso, los involucrados entregaban en la puerta de la casa del solicitante un documento que aparentaba total legalidad… hasta que las autoridades detectaron que no existía en el sistema estatal.
Fuentes internas señalan que los afectados podrían ser decenas, quizá muchos más, pues el mismo modus operandi fue ofrecido de manera reiterada durante un periodo prolongado.
Las licencias apócrifas —virtualmente idénticas a las auténticas— carecen de registro en la base oficial, no generan versión digital y tampoco cuentan con respaldo administrativo. En suma, son documentos ilegales emitidos desde dentro de la entidad responsable de garantizar la legalidad en materia de movilidad.
Trabajadores inconformes alertan que lo más preocupante es el manejo del caso por parte del gobierno estatal. Afirman que la instrucción interna ha sido mantener el tema bajo reserva para evitar un nuevo golpe público a la dependencia, ya marcada por múltiples antecedentes de corrupción.
Mientras tanto, los ciudadanos estafados permanecen en total indefensión: pagaron por una licencia inexistente y hoy, legalmente, conducen sin un documento válido.
El escándalo emerge justo en medio del conflicto entre el Imoveqroo, la Dirección de Tránsito Estatal y los municipios por el control de los ingresos derivados del proyecto de fotomultas impulsado por Rafael Hernández Kotasek. En ese contexto de disputa política y recaudatoria, la institución suma otro golpe severo a su credibilidad.
Los afectados exigen respuestas, pero hasta ahora, el silencio ha sido la única postura oficial.