
CHETUMAL.- La impune destrucción de manglares y humedales en el Estero de Chac, es un problema que preocupa a habitantes del sur del Estado y defensores del medio ambiente.
A través de redes sociales y testimonios directos, se ha denunciado que los terrenos están siendo rellenados con material pétreo y modificados para un presunto proyecto turístico, sin contar con los permisos de la Semarnat.
Los señalamientos apuntan directamente a Ernesto Haro Gutiérrez, excomisario ejidal de Juan Sarabia, quien presuntamente estaría detrás de las obras ilegales.
De acuerdo con los pobladores, hace unos días personal de Profepa acudió a inspeccionar la zona —ubicada detrás del antiguo campamento de la SCT, en la primera curva de Huay-Pix rumbo a Bacalar—, pero la visita concluyó en el rancho del propio Haro, sin que se tomaran acciones visibles, lo que ha generado sospechas de encubrimiento e impunidad.
Los trabajos incluyen el corte indiscriminado de vegetación protegida, el relleno del humedal y la construcción de al menos cuatro palapas, una de ellas de gran tamaño.
Testimonios recabados indican que el objetivo sería explotar turísticamente el lugar, aprovechando su cercanía con la laguna Xul-Ha y la belleza natural que caracteriza al ecosistema del Estero de Chac.
“Está bloqueando el flujo de agua entre la laguna de Bacalar y el río Hondo, lo que podría generar inundaciones graves en Chetumal, Bacalar, Huay-Pix y otras comunidades”, advirtieron habitantes locales, quienes temen un impacto ecológico de grandes proporciones.
La figura de Ernesto Haro ha estado envuelta en múltiples polémicas.
Se le ha acusado de apropiarse de tierras de alto valor ecológico y económico mediante presuntos actos de despojo, amenazas y abuso de autoridad, especialmente contra adultos mayores que eran los legítimos propietarios.
Según denuncias, muchos de estos predios fueron posteriormente puestos a nombre de familiares y personas cercanas, con apoyo de comisariados ejidales afines a su grupo.
Ante esta situación, se ha hecho un llamado urgente al titular de la SEMA, Óscar Rebora, así como al encargado del despacho de Profepa en Quintana Roo, para que se investigue a fondo y se detengan las actividades ilícitas que amenazan con devastar uno de los ecosistemas más frágiles e importantes de la región.
El Estero de Chac conecta a Bacalar con el Río Hondo, y por tanto cumple funciones clave en la regulación hidrológica, captura de carbono y biodiversidad.
Su destrucción, sin planes de manejo ni autorización oficial, representa un atentado no solo al ambiente, sino a los derechos de las comunidades que por generaciones han vivido en armonía con estos recursos naturales.
Fuente: Cambio22