Sigue sin aparecer cráneo de Bernardino Cen, retirado del Museo de Tihosuco por el ICA de Quintana Roo

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Por Francisco Hernández

CHETUMAL.- Cerca de cumplirse un aniversario más del inicio de la Guerra de Castas o Guerra Social Maya, y también de cumplirse un año de la reapertura del remodelado Museo de Tihosuco, la comunidad cultural sigue preguntándose cuál es el destino del cráneo del caudillo maya Bernardino Cen, único vestigio óseo existente de un general cruzoob y que fue removido de ese sitio para la remodelación realizada por el Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo (ICA), pero que no ha sido reinstalado en su lugar hasta la fecha.

Bernardino Cen ejerció el liderazgo de los mayas seguidores de la Cruz Parlante entre 1864 y 1875, como contemporáneo de otros influyentes personajes como Crescencio Poot y María Petrona Uicab, y se le conoció por su ferocidad en el combate y como el general que nunca perdió una batalla “porque seguía los mandamientos del verdadero Dios”.

Asimismo, se le reconoce porque bajo su mando se retomó y concluyó la construcción de la iglesia principal de la capital sagrada Noh Cah Santa Cruz Balam Nah (Chan Santa Cruz), y construyó el cuartel de las tropas mayas, hoy Casa de la Cultura de Felipe Carrillo Puerto.

Cayó muerto en combate el 13 de octubre de 1875 en Solferino, en un contraataque yucateco posterior a que se apoderara de la hacienda azucarera Xuxub, al norte de Kantunilkín, y su cabeza fue llevada a Mérida para ser exhibida como trofeo de guerra.

Esa funesta costumbre bélica del siglo XIX el cráneo permitió que el cráneo sobreviviera hasta nuestros días, sólo con el característico agujero del lado derecho dejado por el machetazo que le quitó la vida al caudillo, y bajo el estado mexicano posrevolucionario llegó a la colección osteológica (de huesos o esqueletos), del INAH en Mérida, Yucatán, donde lo ubicó el investigador estadounidense Paul Sullivan, quien publicó una biografía del personaje con el sello de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo).

Tras este hallazgo, el cráneo del General Bernardino Cen fue rescatado de su ocultamiento en 1998, tras gestiones del rector de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo) Efraín Villanueva Arcos y del gobernador Mario Villanueva Madrid con el INAH, y fue trasladado al Museo de la Guerra de Castas en Tihosuco, donde fue depositado en medio de un evento multitudinario, con una ofrenda a los caídos del conflicto bélico y discursos de un sacerdote y un general mayas, previas consulta y decisión tomada por los dignatarios mayas y firma de un comodato del INAH con el Estado de Quintana Roo.

Posteriormente, tras una visita que realizó la doctora Galina Hershova, investigadora de la Universidad de Rusia, se enriqueció el acervo del museo al llevar la réplica del cráneo a su país, para la elaboración de un busto con la reconstrucción científica de la apariencia del General Bernardino Cen.

El cráneo y el busto estuvieron como piezas principales del Museo de la Guerra de Castas, en su Sala de Donadores, hasta el 2023, cuando el ICA, encabezado por Lilian Villanueva Chan, bajo la administración de la gobernadora Mara Lezama, ejecutó una remodelación del sitio y los retiró, llevándose el cráneo a bodegas de ubicación desconocida donde permanece arrumbado desde entonces, sin conocerse sus condiciones de almacenamiento y cuidados para mantener su estado de conservación.

El museo fue reabierto el 4 de agosto de 2024 en un acto encabezado por la gobernadora Mara Lezama, en el marco del aniversario 177 del inicio de la Guerra de Castas, pero aunque se presumió que ahora cuenta con una colección de 34 objetos donados por el Museo Nacional de Antropología y otros objetos aportados por la población de Tihosuco, el cráneo del General Bernardino Cen no fue reinstalado en el museo.

La reliquia histórica tampoco fue devuelta al INAH, que debería ser el paso correspondiente al perderse el objetivo principal del comodato acordado en 1998, por lo que todo indica que el ICA lo tiene arrumbado en algún sitio fuera de la vista del público, pero también fuera del alcance de los cuidados propios que requiere para su adecuada conservación.

Tampoco se sabe que se haya informado a los dignatarios mayas de Quintana Roo el destino que se ha dado o se dará al cráneo de su antepasado, a pesar de que ellos fueron los que decidieron que se le exhibiera en el Museo de la Guerra de Castas de Tihosuco.

Esta situación ha llevado a miembros de la comunidad cultural del Estado, como el historiador Gilberto Avilez Tax, a demandar que el cráneo sea puesto en manos seguras, inclusive ya no en el museo de Tihosuco ni en el Estado de Quintana Roo, preferiblemente en el Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México.

Lo anterior se debe a que, además de retirar de la exhibición el cráneo del líder cruzoob, el gobierno del Estado de Quintana Roo, a través del ICA, al remozar el edificio del museo, también cambió totalmente su museografía, en una inversión de 5.5 millones de pesos para la totalidad del proyecto.

El cambio ha sido criticado por restarle identidad al Museo de la Guerra de Castas, puesto que dejó ser histórico para convertirse en etnográfico, por lo que en lugar de exhibir piezas y elementos propios que ilustren la guerra y el movimiento de resistencia social maya, ahora muestra piezas que describen costumbres de varias épocas.

Asimismo, aunque al anunciarse la remodelación en 2023, se presumió al museo como “guardián de la historia de héroes y heroínas de la Guerra de la Guerra Social Maya “, hoy ya no da refugio a los únicos restos óseos existentes de uno de ellos, privando de un elemento de valor distintivo al Tihosuco Patrimonio Cultural de la Nación.

Además, así como desaparecieron el cráneo y el busto de Bernardino Cen, también desaparecieron la ficha informativa que hacía referencia al general maya, y sólo instalaron nuevas viñetas que hablan escuetamente nada más de los tres caudillos iniciadores, Jacinto Pat, Cecilio Chi y Manuel Antonio Ay, sin referencia alguna a otros personajes fundamentales como Crescencio Poot, José María Barrera, fundador de Chan Santa Cruz, hoy Felipe Carrillo Puerto, y la sacerdotisa, patrona, generala y única mujer con mando de los mayas cruzoob María Petrona Uicab, hecho que mantiene la invisibilización del papel de las mujeres en nuestra historia, de manera contradictoria en un estado que cuenta con su primera mujer gobernadora.

En el lugar donde estaba el cráneo se puso un pequeño altar con tres cruces parlantes, que aunque reproducen el icono de los mayas cruzoob, están estilizados para parecer un atractivo turístico que un elemento histórico-cultural, mientras que fueron retirados del museo documentos históricos así como armas de la guerra que formaban parte de sus 200 piezas anteriores a la remodelación, que a su vez fueron sustituidos por objetos prehispánicos y coloniales, así como reproducciones de códices mayas y maniquíes de macehuales y danzantes de una región ajena y sin relación alguna con el movimiento social maya decimonónico.

Así pues, esta remodelación del museo de Tihosuco borró las esenciales referencias a la guerra indígena de la costa oriental de Yucatán que dio origen al territorio y posterior Estado de Quintana Roo, donde los mayas han sido reducidos por la vorágine del crecimiento de los habitantes contemporáneos, en su mayoría procedentes de la inmigración, y donde ahora se experimenta el desplazamiento de la memoria histórica de los mayas a causa de torpes decisiones burocráticas tomadas en oficinas del gobierno del estado como el ICA.

El próximo 30 de julio se cumple el aniversario 178 del inicio de la Guerra de Castas, una fecha que sería apta para reintegrar el cráneo del líder cruzoob al Museo de Tihosuco, o al menos para que la directora del ICA, Lilian Villanueva Chan, explique a los dignatarios y el pueblo maya, así como a la sociedad de Quintana Roo, dónde está el vestigio de su histórico caudillo y cuál será su destino, lo mismo que la suerte del busto con la reconstrucción científica de su rostro, a fin de dar fin al secuestro cultural en curso.

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