El minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
Poco antes del arribo a Cancún de los primeros vagones del Tren Maya, la gobernadora Mara Lezama entregó a la estatal Secretaría de Seguridad un lote vehicular y de armamento valuado en dos mil millones de pesos, cifra record en la materia, con el que se espera abatir la ola de violencia que sufre el Estado. La construcción de la paz en Quintana Roo va en serio, dicen el propio hecho.
La noticia se vio opacada, pues, por la llegada del Tren Maya, obra señera del Gobierno federal que, como ha dicho la propia mandataria, es un hito en la historia reciente del país. De hecho, ya lo hizo con la creación de empleos en los Estados integrados a la red ferroviaria, y con la inversión mayúscula tanto pública como privada que se ha dado en ellos.
Sin embargo, en nuestro ámbito, la entrega de casi 700 vehículos policiales, chalecos blindados y de un nuevo helicóptero, no es cosa menor. Una mayor seguridad pública se ha convertido en el reclamo constante que enfrenta el gobierno estatal y esta dotación de haberes es una respuesta a la exigencia. Los resultados se verán a mediano plazo, claro, pero ya se dio el primer paso.
Es una repuesta, se anotó, pues no ha sido la única en los últimos días, ya que poco antes se dio la renovación de mandos en la Secretaría de Seguridad Ciudadana con la llegada del oficial naval Julio César Gómez, y en la Fiscalía General del Estado, con el interinato en el cargo de Raciel López Salazar; decisiones éstas acordes con la estrategia nacional de seguridad.
En lo político y en lo operativo de la seguridad pública, que uno no va sin el otro, la gobernadora avanza y ello hace pensar que en breve se verán los primeros efectos de la restructuración policial, es decir, en la vuelta de la paz social. Para quienes viven en zonas de zozobra, la seguridad es tan valiosa como el arribo del Tren Maya. Ambas notas son importantes, cada una en su ámbito.
Hay nuevos vientos en la seguridad pública estatal.