Diferentes grupos del crimen organizado se disputan el control de las plazas turísticas y el tránsito de las drogas por Quintana Roo

El Bestiario

Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, se mostró ‘preocupado’ por la inseguridad del Caribe Mexicano con el Covid-19, en su encuentro con el presidente de México Andrés Manuel López Obrador. En el área de Cancún y Playa del Carmen se encuentran importantes centros turísticos internacionales y diferentes ‘cárteles’ se están disputando las plazas, generando una violencia sin precedente. La pandemia del coronavirus y sus efectos se presentan como un nuevo factor a considerar en la ecuación de la inseguridad local. El investigador Carlos Barrachina Lisón, de la Universidad Anáhuac-México, ha presentado estos días en Madrid, España, en el Real Instituto Elcano, un ‘think-tank’ de estudios internacionales y estratégicos, un interesante trabajo titulado “Efectos del Covid-19 frente al incremento de los delitos en el Caribe Mexicano”. “La seguridad en el Estado mexicano de Quintana Roo se ha ido deteriorando en los últimos años. Las autoridades del Estado caribeño han tratado de maquillar la información relacionada con el número de homicidios, para que ello no afecte la imagen de los diversos destinos turísticos y repercuta tanto en las inversiones como en el flujo del turismo internacional. Diferentes grupos del crimen organizado se disputan el control de las plazas turísticas y la ruta de tránsito de las drogas y mercancías que atraviesan Quintana Roo hacia el resto de México. El Gobierno estatal no ha invertido de forma adecuada en una policía profesional, como tampoco ha tenido una estrategia consistente; por ello no ha podido responder al reto que le plantean los diferentes grupos del crimen organizado. La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 generará desempleo, aumentará la inseguridad y no detendrá al crimen organizado, que va a seguir operando en un campo abonado ante la situación de crisis generada por la pandemia…”.

En el Estado de Quintana Roo, que es el único Estado mexicano que colinda con el mar Caribe, y en el que se encuentran los destinos turísticos de Cancún, Isla Mujeres, Playa del Carmen, Tulum, Cozumel, Holbox, Mahahual y Bacalar, se ha experimentado en los últimos años un fuerte incremento en el número de homicidios, así como de otro tipo de actividades delictivas relacionadas en buena medida con el crimen organizado. En el año 2016 murieron 278 personas de forma violenta; en 2017, 497; en 2018, 872; y en 2019, 1.504. ¿Va a tener la pandemia del Covid-19 algún efecto en esta dinámica? Hasta el momento, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que miden desde el 1 de enero al 31 de marzo de 2020, indican una continuidad ligeramente al alza respecto al año 2019. El año pasado en los tres primeros meses se contabilizaron 381 homicidios y en 2020, 397. Esta dinámica es consecuente con la nacional. En 2019 entre los meses de enero y marzo se contabilizaron en México 11,064 homicidios, y en 2020 10,962. Con base en el recuento diario del Gobierno federal, el día más violento del año hasta el momento ha sido el domingo 19 de abril, a pesar de que México se encuentra en pleno proceso de combate a la pandemia. Según analistas como Alejandro Hope y Pablo Hiriart, el crimen organizado va a intensificar sus operaciones durante el período que dure la epidemia y la evolución de los homicidios probablemente continúe al alza.

“La manipulación y el maquillaje de información -afirma Carlos Barrachina-es algo muy frecuente en diversos giros de la administración pública mexicana. En el caso de los homicidios se puede observar una deficiencia clara en la información presentada por nueve entidades federativas: en un grado más severo, Quintana Roo, Veracruz, Tamaulipas, Hidalgo, Chiapas, Oaxaca y Guanajuato; y, en uno más discreto, Michoacán y Guerrero. Esta circunstancia, derivada bien de la manipulación política, bien de la falta de capacitación de las fiscalías, hace que para establecer una comparación acertada del número real de homicidios en el país se tenga que recurrir a una cifra aproximada al número total de homicidios por cada entidad y no a la que habitualmente se toma en cuenta, que es la de homicidios dolosos. El Caribe Mexicano se ha convertido en uno de los territorios más violentos de México. Si se consideran los homicidios en general como un elemento de comparación entre las entidades federativas mexicanas, midiendo en tasas por 100,000 habitantes, en 2019 Colima fue el Estado más violento del país, seguido muy de cerca por Quintana Roo y después por Baja California, Guanajuato, Chihuahua, Morelos y Guerrero.

Santiago J. Santamaría Gurtubay

En el caso de las ciudades mejor conocidas de México, las tasas más elevadas de homicidios se sitúan en este orden: Tulum y Playa del Carmen (Quintana Roo), Salamanca y Silao (Guanajuato), Ciudad Obregón (Sonora), Tijuana (Baja California), Cancún (Quintana Roo), Irapuato (Guanajuato), Ciudad Juárez (Chihuahua), Acapulco (Guerrero), Celaya (Guanajuato), Culiacán (Sinaloa), Reynosa y Ciudad Victoria (Tamaulipas), y León (Guanajuato). México ha iniciado una nueva espiral de violencia que tiene que ver con la guerra de los diferentes grupos del crimen organizado por las plazas y por las rutas de tránsito de las drogas. Quintana Roo es una zona importante de consumo, especialmente por los polos turísticos, pero también forma parte de la ruta tradicional del tránsito de las drogas hacia Estados Unidos. Con la irrupción en el estado de nuevos grupos del crimen organizado a partir de 2016 se abrió una lucha entre ellos, con el consiguiente aumento en el número de homicidios.

Para los destinos turísticos, la imagen y la seguridad son elementos básicos tanto para atraer inversión como para asegurar la llegada de visitantes extranjeros y nacionales. La reacción ante el incremento de la violencia de la administración del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González (2016-2022), ha sido la de restar importancia mediática al fenómeno e implantar diferentes estrategias de gestión de la seguridad. Se ha intentado de todo, y nada ha dado resultado: que la dirección de la policía estatal estuviera encargada a policías de carrera, a militares o a un político con experiencia en seguridad pública, como es el actual secretario Jesús Alberto Capella Ibarra; se pidió auxilio a la policía militar primero y a la guardia nacional, después; se implantó la estrategia de unificar las policías municipales bajo un mando único; y se aumentó la capacidad tecnológica a través de una costosa inversión en cámaras de videovigilancia. Tanto la policía del estado como las corporaciones municipales presentan serias deficiencias de profesionalidad e infraestructura, a pesar de haberse invertido una gran cantidad de recursos en las mismas. Ello, sumado a la inexistencia de una estrategia clara, que se refleja en la implantación en muy poco tiempo de las diferentes líneas de gestión señaladas, ha llevado a una falta de respuesta eficiente. El mando único policial impulsado en 2019 ha fracasado por diferentes razones, estando entre las más importantes: el grado de penetración del crimen organizado; el lamentable estado de profesionalidad y de condiciones para trabajar de las policías; y el estilo de liderazgo del secretario de seguridad pública”.

El líder del Senado, Ricardo Monreal, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, alertan de los gobernadores no ‘morenistas’

Quintana Roo tiene 11 municipios. En lo que se considera el norte del Estado se encuentra el principal corredor turístico, integrado por Benito Juárez (Cancún), Isla Mujeres, Puerto Morelos, Solidaridad (Playa del Carmen), Cozumel y Tulum. En el centro se localiza el área rural de origen maya que se conforma por los municipios de Lázaro Cárdenas -en donde está la isla de Holbox-, Carrillo Puerto y José María Morelos. En el sur se ubican Bacalar y Othón P. Blanco (OPB), con su cabecera municipal, que es también la capital política del Estado, la ciudad de Chetumal. En OPB está el puerto de cruceros y la playa de Mahahual. El sur tiene frontera con Belice y Guatemala y es una importante ruta de acceso del crimen organizado hacia México tanto por vía terrestre como aérea y marítima. El 86.5% de los homicidios en 2019 y el 87.6% en 2018 tuvieron lugar en municipios del norte del Estado, especialmente en Benito Juárez, Solidaridad y Tulum, que es en dónde se concentra, por otra parte, el mayor número de población, tanto permanente como flotante. Lo mismo sucede con otro tipo de delitos que también se cometen, especialmente en el norte del Estado, y que al igual que los homicidios se han incrementado en los últimos años. Destacan el número de carpetas de investigación abiertas por la Fiscalía Estatal de Justicia para investigar lesiones dolosas, denuncias por delitos de violencia familiar o sexual y delitos que atentan en contra del patrimonio, que en muchas ocasiones también se relacionan con el crimen organizado.

“La estadística de lesionados dolosos, de violencia familiar o sexual y de robos no es tan determinante en la afectación de la imagen de un destino turístico. Sin embargo -recalca Carlos Barrachina-, en un país en el que se denuncia poco, porque no se confía en las autoridades, su aumento muestra una fotografía complementaria de la evolución del delito. No se aprecia en este caso ni la intención de maquillar la información, ni la falta de pericia de los agentes de la fiscalía, en identificar el tipo de delitos que se están integrando tras la denuncia ciudadana, lo que ayuda a corroborar que las cifras de homicidios dolosos y culposos que presentan las autoridades se encuentran alteradas a propósito. Quintana Roo es una de las entidades federativas que en la etapa inicial de la pandemia tiene una de las afectaciones per cápita más grande de México, tanto en contagiados como en fallecidos. Con una economía eminentemente turística, la casi totalidad de los hoteles y de los negocios relacionados con el sector de restauración han tenido que cerrar y sus trabajadores han sido despedidos. Esto ha generado desempleo y un proceso de retorno a las comunidades de origen de muchos de ellos, así como miedo en el interior de los lugares de origen por el desconocimiento sobre si estos trabajadores retornados están o no infectados por el virus.

Es también uno de los Estados en los que se han tomado medidas más severas y autoritarias en relación con la población. Se han establecido filtros de entrada y salida en las ciudades para permitir o impedir que sólo accedan los que demuestren su residencia en las localidades. Se ha decretado toque de queda y prohibido que circulen automóviles matriculados en otros estados. En algunos casos se ha limitado la venta de alcohol, se han cerrado calles y negocios para impedir la actividad comercial y no se ha informado de forma adecuada sobre las condiciones de un sistema hospitalario muy débil. El líder del Senado, Ricardo Monreal, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, han alertado y desaconsejado sobre la tentación de muchos gobernadores y presidentes municipales, de aplicar medidas que restrinjan arbitrariamente las libertades individuales de una forma caprichosa, autoritaria e innecesaria. Sin embargo, así están actuando muchos gobernadores que no pertenecen al partido del presidente del gobierno federal, como es el caso de Quintana Roo. La falta de trabajo y de ingresos para la alimentación básica en México dificulta el que la gente se quede en su casa y el aislamiento social. En condiciones de mucho calor y humedad esto se torna aún más complicado. Sin embargo, la presión que está impulsando el gobierno, el miedo y el colapso del sistema hospitalario van a lograr que un gran porcentaje de la población se quede en su casa durante un tiempo indeterminado. La tensión social en este contexto es probable que agudice los problemas que ya existen de violencia familiar y sexual, así como los robos y la violencia en las diferentes comunidades de Quintana Roo”.

La Casa Blanca justifica los esfuerzos militares en el Caribe, y amenazas al presidente de Venezuela por sus  relaciones con grupos de narcotráfico

Pablo Hiriart, columnista de El Financiero, señaló el 22 de abril que, ante una situación de desempleo, quiebra de la economía y falta de estrategia gubernamental, sería muy atractivo a muchas personas enrolarse en las filas del crimen organizado. Además, en muchas zonas del país los líderes de las organizaciones criminales han tenido más reflejos que el Estado y han repartido despensas y desarrollado activismo social. Coincide Alejandro Hope, columnista de El Universal, en el mismo día, al afirmar que los homicidios y el crimen organizado no se van a detener en México por la pandemia. Por una parte, señala, las medidas de confinamiento son poco estrictas y múltiples sectores no esenciales siguen funcionando; por otra, en México el homicidio se ensaña en personas jóvenes, pobres y con bajo nivel de instrucción formal y éstos no pueden ‘teletrabajar’ y tienen que salir a la calle a ganarse el sustento. En su opinión esta situación, unida a la impunidad, provocará que la inseguridad se incremente en un contexto de una terrible crisis económica.

El presidente estadounidense con más de 100,000 muertos por el coronavirus y camino de los dos millones de contagiados, Donald Trump, afirmó a finales de marzo que tenía informes de inteligencia que señalaban que la actividad del crimen organizado no sólo no se iba a detener, sino que se iba a incrementar en los próximos meses. Por esa razón justifica que redobló los esfuerzos militares en el Caribe, y amenazó al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con la detención por tener relaciones con grupos de narcotráfico. Los diferentes grupos del crimen organizado no van a cesar en sus actividades. Se van a encontrar con un Estado desbordado y débil, tratando de sobrellevar la situación con medidas autoritarias, y a muchos ciudadanos desempleados, con necesidad de proveer recursos y alimentos para llevar a sus hogares. La corrupción y mal gobierno que se han cebado en los últimos años, especialmente en los sectores de seguridad y salud en México en general, y en Quintana Roo en particular, van a allanar el terreno a la informalidad y la inseguridad, generando el caldo de cultivo ideal para el fortalecimiento del crimen organizado.

Quintana Roo, una ruta muy importante de tránsito de drogas y otras mercancías hacia EE UU, atrae al crimen organizado

“La pandemia del Covid-19 va a debilitar al Estado -concluye Carlos Barrachina en su investigación- y va a facilitar que el crimen organizado opere con mayor libertad de acción. El Caribe Mexicano es un polo turístico muy importante y por ello es un gran mercado de distribución para los grupos del narcotráfico que se disputan las diferentes plazas. En ese sentido, la profunda crisis en la que va a entrar el sector turístico en los próximos meses va a afectar también el negocio de los narcotraficantes. Sin embargo, Quintana Roo también es una ruta muy importante de tránsito de drogas y otras mercancías hacia EE UU. Esta actividad va a seguir haciendo atractivo para el crimen organizado el control de sus territorios. La debilidad del Estado dejará un vacío de poder y presencia que será asumida por estos actores criminales. La falta de trabajo y de recursos económicos va a generar inestabilidad en los próximos meses. El vandalismo que se presentó en Cancún, tras el huracán Wilma en 2005, cuando se asaltaron un buen número de centros comerciales, no invita a ser optimista sobre cuál será la reacción de la población más vulnerable en esta crisis”. Afortunadamente, la vida no le está dando la razón a Carlos Barrachina, y no se han dado situaciones de vandalismo, como el describe. Hubo una campaña en el inicio de la pandemia, a través de las redes sociales, animando a la gente a asaltar comercios. Desde el Gobierno presidido por Carlos Joaquín, se detectó y neutralizó estos planes delictivos, deteniéndose a varios de sus autores mediáticos. Se dictaron medidas de confinamiento, repartiéndose miles de cajas con comida en las regiones de la ciudad, entre las familias más pobres. Muchos trabajadores autónomos siguieron realizando labores que les permitieron seguir ingresando unos ‘salarios’. La alerta se fue intensificando y la respuesta de la población fue muy positiva hacia las medidas dictadas desde el Gobierno de Carlos Joaquín.

Todos recuerdan los problemas derivados de la pandemia de gripe A (H1N1), que se inició en 2009, entró en México el 17 de marzo del mismo año. Este fue el primer país en reportar casos de gripe A en el mundo entero. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el primer enfermo registrado en el mundo fue un niño de 10 años de edad, quien enfermó el 30 de marzo de 2009 en San Diego, CA, Estados Unidos, que no había tenido ningún contacto con cerdos, y además no había tenido ningún antecedente de haber viajado a México. Los primeros casos de influenza en México se detectaron el 11 de abril de 2009 en el estado de Veracruz. Se especula que el inicio de la pandemia haya tenido como origen la condición de las Granjas Carroll en el municipio de Perote de ese estado. Al mes la pandemia se extendió por varios estados de México, Estados Unidos y Canadá, para exportarse a partir de entonces, con aparición de numerosos casos en otros países de pacientes que habían viajado a México y Estados Unidos. Se han constatado unos pocos casos de contagios indirectos (de personas que no han estado en dicha región) en España, Alemania, Corea del Sur y Reino Unido. El 29 de abril de 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el brote de gripe A (H1N1) como de nivel de alerta cinco; es decir, pandemia inminente. Ese nivel de alerta no define la gravedad de la enfermedad producida por el virus, sino sólo su extensión geográfica. Después se elevó el nivel de alerta a seis… Desde el 23 de abril de 2009, todas las escuelas del país permanecieron cerradas hasta el 11 de mayo. El brote inicial en México se detectó por primera vez en el Distrito Federal, donde la vigilancia comenzó a partir del 18 de marzo. El aumento fue asumido por las autoridades como parte de los “finales de temporada de gripe”, que generalmente coincide con un aumento por el Virus de la gripe B10… Una década atrás la recuperación del sector turístico fue bastante rápido, dada la profesionalización de todos sus cuadros y trabajadores, que han logrado que Cancún sea primera referencial mundial del producto Caribe. Con el ‘Covid-19’ miles de ciudadanos quintanarroense están preparándose para volver a recibir a los visitantes de todo el mundo y recuperar el liderazgo.

La hoy cuestionada OMS se formó en el entorno político de la posguerra y la Guerra Fría, bajo una gran influencia de EE UU

La OMS es, por su naturaleza, esencial. Si no existiera habría que crearla. El caso del Covid-19 corrobora que, aunque la salud no lo es todo, sin salud todo lo demás puede llegar a ser nada. Y la OMS tiene un papel fundamental en la prevención y control de los problemas de salud que afectan a todo el mundo. Pero… ¿es ésta la OMS que se necesita o hay que reinventarla? José María Martín-Moreno, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia y ex director de Programas para Europa de la OMS, revisa el papel que desempeña la OMS en los países en desarrollo y en los desarrollados, su estructura, cómo se financia y de qué forma ese mecanismo de financiación afecta a su independencia… Compuesta en el momento actual por 194 Estados miembros, la Organización Mundial de la Salud se constituyó tras la Segunda Guerra Mundial como el organismo internacional especializado en la prevención de enfermedades y de promoción de la salud, definida en el preámbulo de su propia Constitución, de modo ambicioso, como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades”.La OMS se formó en el entorno político de la posguerra y la Guerra Fría, bajo una gran influencia de EE UU, y poco a poco ha ido modificando su naturaleza y su espacio en el terreno internacional en la relación no siempre fácil con organismos internacionales y fundaciones a veces competidores, como la UNICEF, el Banco Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates.

Las funciones básicas de la OMS están bien definidas e incluyen, entre otras, ejercer el liderazgo internacional en temas cruciales para la salud, promover alianzas internacionales cuando se requieran actuaciones conjuntas, establecer normas y seguir de cerca su aplicación en la práctica, formular opciones de política sanitaria, prestar apoyo técnico, elaborar información, definir líneas de investigación y estimular la producción, difusión y aplicación de conocimientos valiosos. Normalmente estas funciones básicas se definen periódicamente en lo que se denomina “Programa General de Trabajo” (PGT), que señala las prioridades, el presupuesto, los recursos y los resultados para toda la organización. Actualmente está en vigor el 13º PGT (2019-2023) que se inspira y alinea en su texto con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El 13º PGT (2019-2023) recoge en detalle gran parte de lo ya reflejado en PGT anteriores, y lo estructura en torno a tres grandes prioridades: lograr cobertura sanitaria universal; mejorar la protección frente a emergencias sanitarias; y mejorar la salud y el bienestar. A su vez, indica que su atención se centrará en las poblaciones más vulnerables, lo que implica la de los países en desarrollo. Algunas de estas “esferas prioritarias”, como la de conseguir vidas saludables y bienestar, en realidad son inabordables desde la OMS por sí sola, y necesitan de la colaboración fundamental con otras agencias de Naciones Unidas, para desarrollar el potencial de los Estados miembros y de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Otras, como abordar las emergencias sanitarias, forman parte de su responsabilidad principal sin que la OMS pueda desviar ese compromiso a otras agencias o actores en el terreno internacional.

Más de 7,000 personas trabajan para la Organización en las 150 oficinas locales, las seis oficinas regionales y la sede central en Ginebra

En cuanto a su estructura, la Asamblea Mundial de la Salud es el órgano decisorio supremo de la OMS. Se reúne habitualmente en Ginebra una vez al año y asisten a ella delegaciones de los 194 Estados miembros. Su principal función es discutir y aprobar las políticas de la Organización. Además, nombra al director general, supervisa las políticas financieras y aprueba el proyecto de presupuesto por programas. Junto a la Asamblea Mundial, destaca en la gobernanza el Consejo Ejecutivo, que está integrado por 34 miembros “técnicamente cualificados en el campo de la salud”. Sus miembros se eligen por cada una de las seis regiones en que se organiza la OMS y para un mandato de tres años. Las principales funciones del Consejo Ejecutivo son poner en marcha las decisiones y políticas aprobadas por la Asamblea de la Salud, asesorarla y, de manera general, facilitar el trabajo de la Asamblea. Además de su sede central en Ginebra, el trabajo de la OMS se articula a través de seis oficinas regionales: África, las Américas, Asia Sudoriental, Pacífico Occidental, Mediterráneo Oriental y Europa. Junto a esto, la OMS cuenta con 148 oficinas en países, territorios y zonas, para dar apoyo a sus 194 Estados miembros. Cada una de las regiones (por ejemplo, la europea) cuenta con su propio equivalente a la Asamblea Mundial (la de Europa se denomina Comité Regional) y al Consejo Ejecutivo (en el caso europeo, el Comité Permanente del Comité Regional). Complementariamente a todo lo anterior, se encuentran los Centros Colaboradores de la OMS. Son centros de investigación, universitarios o de otro tipo, que reciben el nombramiento de Centro Colaborador de la OMS para realizar actividades de apoyo a sus programas. En la actualidad existen más de 700 de estos centros, localizados en más de 80 Estados miembros, que investigan sobre enfermedades infecciosas, enfermedades crónicas, salud mental, salud ocupacional, enfermería, nutrición y tecnología sanitaria. Representan un activo importante para la Organización porque su aportación es gratuita ya que al centro es recompensado únicamente con el reconocimiento de su labor como Centro Colaborador, un elemento de prestigio útil para solicitar ayudas o para mejorar la difusión de su trabajo.

En los países donde existe una oficina de la OMS, la colaboración suele plasmarse en una estrategia de cooperación firmada por el Estado miembro y la Organización (en la Región europea se denomina Acuerdo de Cooperación Bianual), que generalmente se armoniza con la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los países en desarrollo son los principales beneficiados por estos acuerdos, puesto que la ayuda que reciben suele ser mucho mayor que la aportación que hacen a la Organización. Por su parte, los países desarrollados apenas reciben cooperación técnica o de ayuda en situación de crisis, y son donantes de la mayoría de las cuotas o contribuciones aportadas por los Estados. La cooperación con la OMS en estos países desarrollados se concentra en acciones o estrategias específicas que los gobiernos promueven y para las que recaban la legitimidad que la OMS puede aportar. Esta estructura sintéticamente descrita arriba, podría ser apropiada para responder a la misión de la OMS. Sin embargo, a veces se producen solapamientos o, en el otro extremo, vacíos, especialmente en la articulación entre la sede central y las oficinas regionales, que no siempre trabajan con la complementariedad y sinergia que sería deseable, entre otras cosas porque con frecuencia la delimitación de las funciones de cada nivel es borrosa.

La Fundación Bill y Melinda Gates dona anualmente unos 530 millones de dólares, el 10% de todo el presupuesto de la institución

¿Cómo se financia y de qué forma condiciona ese mecanismo de financiación la independencia de la OMS? La Organización dispuso para el bienio 2018-2019 de un presupuesto de 5,600 millones de dólares (2,800 millones de dólares por año), obtenidos fundamentalmente a partir de dos fuentes. En primer lugar, las contribuciones obligatorias (denominadas cuotas o contribuciones “señaladas”) que hacen sus 194 Estados miembros. Se trata de cuotas que son fijadas por la ONU de acuerdo con una fórmula que se basa en la riqueza y la población de cada país. En 2018-2019 esas aportaciones representaron en torno a unos 950 millones de dólares. Estos fondos sirven básicamente para cubrir la mayor parte (pero no el total) de los salarios y los gastos administrativos.En segundo lugar, las contribuciones voluntarias que hacen donantes estatales, fundaciones y entidades privadas. Estas contribuciones pueden ser “no restringidas” (es decir, utilizables para lo que la OMS necesite) pero, más frecuentemente, son fondos asignados a fines específicos (lo que en inglés se conoce como ‘earmarked’). Esto quiere decir que los recursos aportados por el donante voluntario generalmente se asignan a campañas sobre temas concretos como, por ejemplo, la vacunación contra la polio, el cuidado de la salud de las mujeres, la erradicación del tabaquismo… Todos, en principio, son coherentes con los objetivos y la razón de ser de la OMS, pero a menudo se alejan de las prioridades establecidas en el Programa General de Trabajo de la organización y por tanto detraen recursos humanos y organizativos respecto a esos fines prioritarios.

El problema es que esas contribuciones voluntarias constituyen la mayor parte del presupuesto de la OMS. Baste decir que en el período 2018-2019, estos fondos fueron de unos 4,300 millones de dólares (más de tres cuartas partes del presupuesto para el bienio). El peligro de esto es que sean los donantes quienes establezcan en la práctica la agenda de la OMS, en lugar de que ésta obedezca a su criterio profesional o al compromiso aprobado por la Asamblea Mundial de la Salud y articulado en el Programa General de Trabajo. Si revisamos la información financiera más actualizada, EE UU es el principal contribuyente al haber comprometido unos 893 millones de dólares para el bienio 2018-2019 (incluyendo tanto las contribuciones señaladas como las voluntarias), lo que equivale al 15% de todos los recursos recibidos por la Organización. Merece la pena mencionar, como comparación, que China había comprometido sólo unos 86 millones de dólares para el mismo período, aunque recientemente ha anunciado que va a incrementar de manera muy significativa su contribución. Después de EE UU, el segundo mayor contribuyente a la OMS no es un Estado, sino un ente privado: la Fundación Bill y Melinda Gates, que comprometió unos 530 millones de dólares, prácticamente el 10% de todo el presupuesto de la institución. El tercer mayor contribuyente es GAVI, un “partenariado” o asociación en el que participan organizaciones de los sectores público y privado, cuyo objetivo es mejorar el acceso a las vacunas de los 73 países más pobres del mundo y que aporta 316 millones de dólares. Y, en ese ranking, el Reino Unido es el cuarto mayor donante y el segundo Estado que hace más aportaciones (casi un 8%) con desembolsos equivalentes a unos 294 millones de dólares. España tiene una cuota de contribución señalada u obligatoria equivalente al 2.44%, o lo que es lo mismo, cerca de 23 millones de dólares. Respecto a esos fondos obligatorios, EE UU ha venido aportando un 22%, China un 8%, Alemania un 6.4% y Francia un 4.8% por citar algunos países, aunque la diferencia principal es que las contribuciones voluntarias (y por lo tanto la influencia) de esos países, más allá de las cuotas obligatorias, son mucho mayores que las de España. En total, España aporta al presupuesto unos 30 millones de dólares, apenas un 0.5% del conjunto.

Entre sus éxitos más claros, la erradicación de la viruela, una de las principales enfermedades infecciosas, en 1979

Entre los puntos fuertes de la OMS destaca su carácter neutral y el hecho de que prácticamente todos los países del mundo formen parte de ella, lo que genera una imagen de imparcialidad y le dota de notable capacidad de convocatoria. Además de su buen currículum en lo que se refiere a su papel en la lucha contra las enfermedades, es destacable el papel normativo de la OMS al producir estándares, normas y criterios en materia de medicamentos, equipos de diagnóstico, límites máximos permitidos de factores medioambientales, como el ruido, y un buen número de guías que son aceptadas e integradas por los países en sus políticas. Entre sus éxitos más claros está el que tuvo lugar en 1979, cuando se produjo la erradicación de la viruela. Quizá éste sea el hito más importante de la Organización. En 2003 se adoptó el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (el primer acuerdo mundial de salud pública). Y en 2005 se revisó y aprobó el nuevo Reglamento Sanitario Internacional, un instrumento normativo decisivo en la lucha contra la transmisión mundial de las enfermedades infecciosas, que establece las normas que deben aplicar los países para identificar los brotes epidémicos y detener su propagación.

Pero junto a esas luces, ha habido clamorosas sombras, como la actuación de la OMS durante la gripe A (subtipo H1N1) que crispó al mundo en 2009. La entonces directora general de la OMS, Margaret Chan, fue muy criticada por haber declarado el estado de pandemia, y porque los Gobiernos que siguieron sus recomendaciones acumulando fármacos antigripales de manera preventiva fueron acusados de derrochar el dinero público en beneficio de las empresas farmacéuticas. Con posterioridad se supo que esa pandemia causó entre 150,000 y 575,000 muertes en el mundo, lo que parece justificar la alarma que provocó, pero el daño a la imagen de la OMS ya estaba hecho. Otro ejemplo de error es la actuación de la OMS en 2014, durante la crisis del Ébola. A pesar de repetidas advertencias de la organización Médicos Sin Fronteras denunciando la pasividad ante la gravedad de la propagación del Ébola, los funcionarios de la Oficina Regional de la OMS para África minusvaloraron el problema y sólo cuando la epidemia estaba ya fuera de control en África Occidental, la directora general de la OMS declaró una emergencia global.

El 14 de enero se alertó a las redes hospitalarias que prepararan medidas de contingencia frente a la amenaza del coronavuirus

En los años 90 se produjo uno de los peores desastres de la Organización, el relativo a la lucha contra el VIH/SIDA. Su ineficacia en ese terreno provocó que la gestión de esa epidemia pasase a ser responsabilidad de una nueva agencia dependiente de Naciones Unidas: ONUSIDA. Y con ella aparecieron otras dos instituciones separadas de la OMS: el Fondo Global para el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, y la UNITAID. Se ha afirmado en ocasiones que el Fondo Global, la UNITAID y ONUSIDA son modelos institucionales más adecuados que la OMS para la movilización de recursos. En este momento, además de esas instituciones, existen otras muy influyentes, públicas y privadas, que ocupan parte del terreno al que se dirige la OMS: Médicos sin Fronteras, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, las iniciativas del Banco Mundial en materia de salud o la gran actividad en ese mismo terreno de la Fundación Gates. Esta es otra de las razones que ha hecho que la Organización lleve años planteándose una reforma profunda.

¿A qué se debe la crítica actual a la OMS por su gestión en la pandemia? La OMS ha sido acusada de minimizar la amenaza que suponía el coronavirus en las primeras semanas de su expansión, de ocultar datos y de comunicar el riesgo tarde, una acusación difícil de sustanciar porque la organización alertó ya el 14 de enero a las redes hospitalarias del mundo para que prepararan medidas de contingencia. La existencia del nuevo coronavirus había sido comunicada por China a la OMS 15 días antes. Se ha criticado también su posición sobre el uso de mascarillas por la población general (en este caso en abierta diferencia con la posición de China y los países asiáticos), su falta de definición sobre el uso de diferentes test, su retraso en aconsejar de manera rotunda el confinamiento, la falta de agilidad para facilitar criterios para los planes de desescalada del confinamiento y la tibieza o falta de valentía al no discutir con más claridad estrategias que, como las del primer ministro británico, estaban inicialmente mal planteadas y resultaban peligrosas para su población.

El ‘Dr. Tedros’, cuando aspiraba a dirigir la OMS, fue acusado encubrir, cuando era ministro de Salud de Etiopía, tres epidemias de cólera

Pero, al margen del acierto o error de algunas de esas decisiones tomadas por la OMS en esta pandemia, ha sido la personalidad del actual director general de la Organización la que ha generado especial recelo y puede explicar en parte ciertas reacciones de rechazo hacia la OMS en este período. Para empezar, su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, (el Dr. Tedros como habitualmente se le conoce) cuando aspiraba a dirigir la OMS, hace tres años, fue acusado de malas prácticas por encubrir, cuando era ministro de Salud de Etiopía, tres epidemias de cólera en su país. También fue acusado de mal uso del Fondo Global para el Sida en Etiopía. Al margen de la veracidad o falsedad de esas acusaciones, su decisión de nombrar a Robert Mugabe como embajador de buena voluntad de la OMS fue obviamente un grave error. Mugabe era ya en ese momento (2017) un político extraordinariamente criticado, no sólo por evidencias de corrupción y autoritarismo, sino porque había destruido los servicios sanitarios de su país, Zimbabue. Muchos critican una aparente dependencia del director de la OMS respecto a China, cuyo voto necesitó para ser elegido. De hecho, poco antes de las elecciones visitó ese país y pidió mayor cooperación de la OMS con China, aunque este tipo de declaraciones son habituales en las campañas electorales de la OMS.

Durante la pandemia, el presidente Trump ha tenido varios enfrentamientos con la OMS, primero cuando ésta criticó la decisión de EE UU de cerrar sus fronteras a China y después cuando criticó la peculiar estrategia de la presidencia norteamericana para combatir la epidemia. Tras ello, la presidencia norteamericana decidió suspender la aportación presupuestaria de EEUU a la OMS con el pretexto de “su mala gestión, sino-centrismo y ocultación de la propagación del coronavirus”. Esta decisión de Trump perjudicará sobre todo a los países en desarrollo, los que más se benefician de los servicios de la OMS. De hecho, la Organización tendrá que tomar decisiones difíciles sobre qué programas pueden continuar y cuáles no. En su ayuda ha acudido la Fundación Bill y Melinda Gates, que ha comprometido una ayuda extra de 230 millones de euros.

La OMS como China son censurables por manejar con opacidad la información, también el reducir el presupuesto por EE UU

La OMS ha hecho y sigue haciendo una contribución indudable a la salud global con éxitos difícilmente cuestionables. Su papel en los países en desarrollo es crucial. Sin embargo, las reformas de la OMS son imprescindibles e inaplazables, al menos en estos ámbitos… La financiación debe ser menos dependiente de la voluntad de los Estados miembros, y de las preferencias de gasto de los donantes. Éstos no deberían decidir lo que hace la Organización, sino limitarse a apoyar con sus fondos el programa aprobado en su Asamblea. Es necesaria una definición más clara de prioridades: la OMS no puede hacer de todo, en todos los países, y al mismo tiempo. La gobernanza y la estructura han de ajustarse para dotar a la organización de una mayor coherencia, con una clarificación del papel de la oficina central, las oficinas regionales y las oficinas en los países. En la actualidad la distribución de funciones no es clara.

La OMS ha puesto en marcha un amplio programa de reformas a fin de afrontar mejor los cada vez más complejos retos sanitarios del siglo XXI. Como la propia Organización propone, ha de mejorarse la armonización, flexibilidad, previsibilidad, transparencia y rendición de cuentas de la financiación de la Organización para reducir su vulnerabilidad. Finalmente, tanto la OMS como China son censurables por haber manejado con opacidad la información, pero reducir el presupuesto de la OMS, como ha hecho el gobierno de Washington, dañando gravemente a la organización, sólo puede tener consecuencias negativas sobre su capacidad de coordinar los esfuerzos globales frente a la emergencia sanitaria.

El coronavirus y el ‘coronamóvil’. Angustia, solidaridad, aburrimiento, cariño, trabajo… Toda razón es buena para la necesidad furiosa de mensajearse sin pausa. Mensajes de profunda amistad emitidos por gente tradicionalmente poco dada a la alharaca sentimental, tuits, angustias, quejas, lamentos, memes, vídeos de mejor o peor gusto, desahogos, recomendaciones de lectura de tal o cuál valoración de expertos médicos, recomendaciones de lectura de tal o cual novelón y de tal o cual peli o serie, mensajes de trabajo, timos de la estampita, todólogos de ocasión, grupos de padres y de madres y de primas y de tías abuelas dando rienda suelta a la comprensible retahíla de ayes, de oyes, de uyes, de dolores, de consejos y de onanismos varios, llamadas a fiestas virtuales, llamadas a homenajes al personal sanitario, botellas al mar lanzadas por solitarios con mensajes dentro, recuerdos de la vida de antes, fotos, textos, besos, abrazos, deseos, confesiones, promesas de quedada, promesas de querernos más…, todo comprimido en una enorme bola que sigue rodando en forma de whatsapps, sms, mensajes de Facebook, Instagram, quién sabe si Tinder pese a la cuarentena (son tiempos duros), llamadas…, sí, llamadas. Es una especie en vías de extinción, pero hay gente que aún, en vez de mensajear, llama por teléfono. Qué cosas.

La crisis del coronavirus ha tenido -tiene- un espejo sociológico en la explosión del coronamóvil. Está claro: en situaciones así, el ser humano e incluso algunas criaturas razonables necesitan comunicarse sin parar, en un frenético y melancólico non stop de tacto, visión y sonido. Así lo explica la psicóloga clínica Inma Puig, autora del libro ‘La revolución emocional’, nos recuerda Borja Hermoso: “Los mensajes que nos llegan y que enviamos desde que empezó todo esto son absolutamente disjuntos, y eso tiene que ver con el estado de angustia en el que estamos. Por un lado, chistes. A mí nunca me habían llegado tantos a través del WhatsApp. Y por el otro lado, consejos. ‘No hagas esto… Haz esto… Vigila…’. Los chistes y los consejos son dos manifestaciones claras de una crisis. Pasa lo mismo -es un poco bestia decirlo así, pero es así- en los funerales y en los entierros. Son las situaciones donde más consejos se dan, más bromas se hacen y más tonterías se dicen. Y todo tiene que ver con la angustia. El humor contrarresta la angustia. Con el coronavirus pasa exactamente igual”.

Desde el País Vasco, mi familia, me pasan el parte diario desde hace dos meses atrás de un primo intubado en la Residencia Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián, tras resultar contagiado en un viaje de turismo a Machu Pichu, en el Perú. Hoy sigue hospitalizado, en tareas de rehabilitación en su lenguaje y movilidad. José Manuel Lahidalga Santamaría es primo carnal y padrino de mi bautizo católico. Enfermo infectó a su hermano y esposa, Eugenio y Loli. Estos están ya recuperándose su domicilio de Eibar, Gipuzkoa. Mi hermana Lourdes me llama a veces muy angustiada, y uno de los mayores motivos, aparte de la evolución de José Manuel, es que no sabe qué mensajes sobre el coronavirus creerse y cuáles no… Andoni Santamaría, mi sobrino, no tiene tiempo para mucho. Su empresa cooperativa, Eroski, un supermercado del Movimiento Cooperativo de Mondragón, sigue requiriendo de su presencia personal en la sede de Elorrrio. La meta es no dejar que se imponga el desabastecimiento en las mil y una tiendas. Su esposa, Irantzu Bujanda, y sus niños Amaia y Telmo, han estado ‘confinados’ en la casa de Tabira, en Durango. Sus ‘aitxitxas’ (abuelos en euskera), Begoña y Félix y Lourdes, se comunican telemáticamente con sus nietos. Mi sobrina, Leyre, trabaja como química en el CEIT – Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Gipuzkoa, dependiente del Gobierno Vasco, con sede en la turística ciudad de San Sebastián, su nombre es Donostia, en vasco. Su compañero, Joseba, trabaja desde el ordenador de su domicilio. No faltan horas de dedicación a la cocina, cuyas fotografías me las hacen llegar hasta mi WhatsApp…

Pero volvamos al móvil. Acaba de sonar otro cling. El diseñador Manuel Cruz, me informa que ya ha subido los textos de la revista online El Bestiario. Me recuerda que tengo que preparar la columna para el semanario del fin de semana del periódico El Despertador, que dirigen Rangel Rosado Ruiz y Francisco Cervera, en Cancún para todo el Estado de Quintana Roo. Recibo otro insólito mensaje… “La verdad es que no se está tan aburrido en casa. Pero me parece increíble que en un paquete de arroz del Valle Verde haya 8.976 granitos y en otro 8.982”. Y el inevitable emoticono. Más, otro cling, otro mensajito. Un vídeo sobre un cura siciliano de nombre don Leonardo Ricotta que para luchar contra el demonio de la plaga pasea al Santísimo por las calles de Palermo, en la Italia profunda. Ahora suena una llamada. Es un amigo que vive en Londres y empieza a dar síntomas, si no de coronavirus, sí de canguelo. “Estoy acojonao, me están enviando mensajes diciendo que con estos gilipollas de brexiters al mando, cuando entre el virus a saco, vamos a caer como moscas”. Isabel Coixet envía una foto preciosa en blanco y negro de Nick Cave y PJ Harvey, los dos músicos sentados en un sofá de cuero y bien alejados el uno del otro, con el lema “Recuerda practicar la distancia social”. Y hablando de distancia y espacios periodísticos, aquí lo dejamos. Ha sonado otro cling. Es mi otra familia radicada en Miami, Estados Unidos, Alain, Claudia y sus niños Martxelo, Mauro… En Cancún está el hermano mayor, Lucas, con su mamá Romina. También están en el Caribe Mexicano los abuelos, Sarita y Jacinto… En Cabaiguán, un municipio y ciudad del centro de la Isla de Cuba, perteneciente a la provincia de Sancti Spíritus, reside la abuela paterna Miriam. Y en La Habana, en La Lisa, el abuelo Armando. No creo que me olvido… Tengo que atender a mis mascotas, las Lola’s, una Golden Retriever y otra que me evoca a una raza chiquita pastora de ovejas de las campas de Urbía en Oñate, en Euskadi, muy cerca de la mi ciudad natal de Eibar. Ambas son rubias. Sus almas, no sus cuerpos, son gemelas. Hemos compartido y nos hemos soportado cariñosamente durante este confinamiento distópico. Suena otro cling…

@SantiGurtubay

@BestiarioCancun

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