En medio de la pandemia y los diluvios, Andrés Manuel empuja el Tren

Por segunda vez en este año y primera tas el confinamiento obligado por las medidas contra la pandemia, el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador visitó Quintana Roo. En esta ocasión –y para inaugurar desde el más alto puesto del Estado la ‘nueva normalidad’ y tomarle el pulso popular a las circunstancias que median entre la crisis y el futuro- llegó por carretera y como parte de su gira por el sureste del país para abanderar el comienzo de los trabajos de construcción del Tren Maya (en su Estado natal, Tabasco, inspeccionaría los avances de la refinería de Dos Bocas, otro de sus grandes proyectos de infraestructura pública por los que apuesta y que sus adversarios políticos descalifican por la predominancia en ellos del Estado) mismos que, asegura, permitirán la creación de alrededor de 80 mil empleos a partir de este año en sus cinco tramos. El arranque de esta magna obra se convertirá en un gran aliciente de la economía del sur, luego de que miles perdieron sus trabajos como consecuencia de la pandemia. Sin embargo, dicho proyecto no estará exento de dificultades, debido a que, desde que fue anunciado, varias agrupacioneshan promovido amparos para evitar que se concrete, asegurando que no fueron tomadas en cuenta en la planeación dela misma o que se dañará el acuífero maya -un argumento de empaque ecologista, este último, ya descalificado por otros de naturaleza científica y muchos más de sentido común, como que Europa y más de medio mundo está cruzado de trenes, y en México fueron descontinuados por la corrupción gubernamental de los noventa-.Con el banderazo, el jefe del Ejecutivo federal también confirmó que se construirá una estación en el poblado El Tintal, en el Municipio de Lázaro Cárdenas, con lo que Quintana Roo se convertirá en la entidad con más estaciones dentro de la ruta, con un total de ocho. Lo anterior habla sin duda de la excelente relación que las autoridades estatales, encabezadas por el gobernador Carlos Joaquín González, mantienen con el Gobierno de la República, haciendo a un lado los colores partidistas en pos de mejorar el nivel de vida de la población quintanarroense. Hoy día, los mercados –petrolero y bursátil- le dan la razón al presidenteen torno a sus decisiones y programas económicos fundamentales, sobre todo los relativos a no embarcarse en un nuevo y tóxico endeudamiento en dólares para rescatar al sector corporativo –lo que acumularía los pasivos impagables del país en un tiempo en que la crisis no ha sido financiera sino sanitaria, y la devaluación es de alto riesgo-, y en torno a su política energética estatista, donde el proyecto de refinación cobra sentido con el repunte petrolero y de los precios de las gasolinas, y la garantía de tarifasa la baja en la electricidad nacional fortalecen la economía familiar y limitan las tendencias inflacionarias –con productos y servicios básicos baratos- en un ámbito global azotado por la depresión y donde es más prudente que nunca estimular el nacionalismo productivo, el mercado interno, la sustitución de importaciones y la inversión pública. Parece que más que nunca y en medio de esta crisis sanitaria y la de la globalización financiera hegemónica como receta neoliberal fallida, se hace menester la memoria y la toma de decisiones del tipo de las que mejores dividendos le han aportado al país, como las del ‘desarrollo estabilizador’ y la preponderancia de la marca ‘Hecho en México’. Porque el ciclo de la globalización con una perspectiva desregulada, de Estados accesorios y obedientes a la dinámica bancaria y a las leyes arbitrarias y libertinas de la oferta y la demanda, está mostrando su más alto potencial de derrumbe y la urgencia del intervencionismo público. La era de las privatizaciones y los rescates financieros a costa de los erarios –y la expropiación de los patrimonios sociales- y las ruinas nacionales, han enseñado que esos ‘modelos de desarrollo’ son del más puro salvajismo económico y la más alta perversidad democrática y política, y que no se puede tildar de populismo todo lo que se opone a ellos, porque el populismo no es un modelo ni una ideología, sino un mero vocablo a modo para adjetivar el derroche sostenido en la demagogia del beneficio popular, y que lo mismo pueden llamarse populistas las nacionalizaciones mexicanas de los setenta, que las alemanas de hoy, que los actos privatizadores o los hurtos de la cleptocracia oligárquica a cuyo ejercicio Carlos Salinas dio en llamar, con todo el sarcasmo del mundo y sin pudor ninguno, “Liberalismo social”, o una mezcla entre juarismo y cardenismo, decía él. Y vaya que había qué tener alma de rufián para insultar la Historia con tan colosal cinismo y llamarleasí a ese reformismo suyo,tan forajido y depredador.

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TREN MAYA, UNA OPORTUNIDAD DE HACER

JUSTICIA AL SUR, DICE ANDRÉS MANUEL

Javier Ramírez

A pesar de las críticas por iniciar una gira en plena contingencia sanitaria, el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó este 1 de junio una serie de actos públicos por las cinco entidades que forman parte del proyecto del Tren Maya.

En Quintana Roo, además, participó en una ceremonia por el Día de la Marina en Isla Mujeres, en donde estuvo acompañado por el gobernador Carlos Joaquín González, presidentes municipales y los titulares de las Secretarías de Turismo y de la Defensa Nacional, entre otros.

Tren Maya, para que turismo se quede más tiempo

En el inicio de obras del tramo 4 Izamal-Cancún, realizado en la comunidad de Nuevo Xcan, en el Municipio de Lázaro Cárdenas, el presidente de la República ofreció un discurso en el que enfatizó las bondades de la magna obra.

Recordó que en los últimos 40 años las zonas norte y centro del país registraron tasas de crecimiento económico anual de 6 y 4 por ciento, respectivamente, mientras que el sur se mantuvo en cero debido al abandono de los Gobiernos federales, los cuales dejaron a los Estados de la Península de Yucatán a su suerte, sin devolverles algo de lo mucho que aportan a la Federación gracias al turismo.

El Tren Maya, que tendrá un costo aproximado de 146 mil 100 millones de pesos, recorrerá mil 500 kilómetros de los Estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, y permitirá que miles de turistas que cada año llegan a Cancún y la Riviera Maya, principalmente, puedan extender mucho más su estadía en el país, recorriendo no solo las playas sino los diversos atractivos de la Península de Yucatán, como sus zonas arqueológicas, dentro lo que se conoce como el ‘mundo maya’, lo que redundará en mayores ingresos para los lugares que contarán con una estación, además de que permitirá reducir costos en materia de transporte de carga.

Necesario reiniciar actividades

Apuntó que el proyecto tiene mucho futuro en el corto y mediano plazos, pues creará en este primer año de trabajo 80 mil empleos en los cinco primeros tramos, pero para el próximo año serán 154 mil.

“Esto va a ayudar mucho a toda la región y va a mejorar la situación económica y social, en estos momentos de crisis que se están padeciendo de la pandemia del coronavirus”, aseveró.

En tal sentido, y respondiendo a quienes critican el arranque de las obras, el mandatario destacó que la ‘nueva normalidad’“significa reabrir las actividades económicas, sociales, culturales;iniciar la industria; reiniciar los trabajos de la industria de la construcción con cuidado, con los protocolos que nos están recomendando las autoridades sanitarias, pero ya empezar a trabajar, porque no podemos quedarnos todo el tiempo en la inmovilidad”.

El tramo 4 Izamal-Cancún constará de 260 kilómetros y tendrá una inversión de 27 mil millones de pesos. Estará a cargo de la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA), cuya directora, Guadalupe Phillips, detalló que será un tramo de doble vía entre Mérida y Cancún, con 40 pasos peatonales y de fauna, y que generará alrededor de 15 mil nuevos empleos directos. 

Último tramo, a cargo del Ejército

En cuanto al resto de los tramos que pasarán por Quintana Roo, el primer mandatario del país recordó que se han licitado cuatro y que en el transcurso de junio se licitará el quinto (Cancún-Tulum), quedando pendiente el de Tulum-Escárcega, que tiene los enlaces Tulum-Carrillo Puerto, Bacalar-Chetumal, Xpujil-Calakmul, y de regreso a Escárcega, con el que se cerrará el circuito de mil 500 kilómetros.

Esa sexta y última etapa estará a cargo de los ingenieros del Ejército Mexicano que trabajan actualmente en el Aeropuerto Felipe Ángeles, en Santa Lucía, por lo que se espera que la misma concluya en 2024.

“Vamos a inaugurar en el [20]23, ya el tren en los cinco tramos -Palenque, Campeche, Yucatán, Cancún, Tulum-, y en el 24 los dos tramos de Tulum, Carrillo Puerto, Escárcega, los que va a terminar el Ejército. Ese es el plan general”, subrayó.

Pros y contras

Un reporte de la ONU-Hábitat, programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos, estimó que el Tren Maya generará 715 mil nuevos empleos y sacará de la pobreza a más de un millón de personas en los Municipios que tendrán una estación del tren. Además, habrá 150 mil empleos en la economía rural ligada a él.

Por su parte, el titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Emilio Jiménez Pons, quien acompañó al presidente en la inauguración, señaló que la influencia del tren en el ordenamiento territorial de la región será determinante, porque no sólo cuidará el medio ambiente sino mejorará las ciudades y permitirá una mejor distribución del crecimiento.

Sin embargo, organizaciones ambientalistas, indígenas y civiles, han interpuesto diversos amparos para trata de frenar la obra, asegurando que se provocará un daño irreparable al manto acuífero de la Península.

El mayor número de amparos se han solicitado en Campeche, pero el presidente confía en la labor de los Gobiernos estatales y de la Fonatur para convencer a quienes aún se oponen a la obra.

Y así, se espera que el país regrese a la senda del transporte ferroviario cuando Europa y medio mundo son cruzados por los trenes y ya no pueden dejar de contar con su servicio, y cuando en México se montó en tren la ‘modernidad porfírica’ y una revolución armada en que, a su vez, se montó el país hace más de un siglo, hasta que la corrupción de la modernidad neoliberal, hace casi tres décadas, decidió acabar con ellos.

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