La historia de “Chambeadoras”, “El Sensasional” y otros libros de bolsillo mexicanos.

Durante la década de 1980 y 1990 era común encontrar en cada puesto de periódicos y revistas pequeños libros ilustrados de la serie “Sensacionalistas”, “Chambeadoras” y “Así Soy y Qué”, representando la cultura popular picaresca, erotizada y alburera del mexicano.

En su momento se llegó a afirmar que estas pequeñas historietas lograron hacer lo que ningún libro de texto había podido: que albañiles, plomeros, taxistas, policías y cualquier persona considerada “de la clase baja” se dedicara fervientemente a la lectura, esperando cada semana a una nueva edición de estos comics.

Curiosamente, su historia revela que en un principio fueron diseñados para el público femenino: en la década de 1970 en México las mujeres tenían muy pocas opciones de lectura, la mayoría revistas para el hogar y de chismes, pues se consideraba que los libros especializados sólo podían ser comprendidos por los hombres.

Por ese entonces surgió “El Libro Vaquero” (en noviembre de 1978) a cargo de la leyenda de las letras, Rafael Márquez. Con un tamaño de bolsillo de 13 por 15.5 centímetros, era una novela del género Western donde la historia siempre concluía con la matanza entre el héroe y el villano mexicanos por una mujer.

De inmediato esta serie obtuvo un éxito que les permitió imprimir y vender más de millón y medio de ejemplares semanales, convirtiéndose en el libro más vendido en la historia de México, con más de mil millones de ejemplares desde entonces hasta la actualidad, algo impensable para cualquier tipo de literatura.

Curiosamente el principal consumidor de este libro era la mujer. Fue una de ellas, Idalia Góngora, la que le sugirió al autor incluir más erotismo en los ejemplares a fin de que las mujeres logren disfrutar más de la sexualidad, pues recordemos que en esa época el grupo femenino mexicano aún era reprimido sobre este hecho, reservándose el placer sexual al hombre.

Pero poco a poco el erotismo subió su tono, hasta que notaron que los hombres comenzaron a ser el mayor grupo consumidor por las ilustraciones sexualizadas y llenas de color. Fue entonces cuando surgieron otros títulos: “Chambeadoras”, “Vaqueritas”, “Sensacional”, “Bellas de Noche”, etc, que fueron ya consideradas pornografía, dejando a un lado el argumento western para ofrecer historias típicas de la sociedad mexicana.

 Las protagonistas de estas historietas son mujeres de trabajos populares (trabajadoras domésticas, enfermeras, tenderas), sumisas, buscando un hombre que les de placer, y para ello están los hombres barrenderos, chicos de vecindad, con un toque similar a Luis de Alba, que también había gozado de popularidad en la época.

Estas historietas, al igual que el cine mexicano de 1980, presentaban al hombre común mexicano, con trabajos comunes, siempre tratando de sacar ventaja de la situación. No eran personas con valores ni se enfrentaban a villanos: su principal meta era tener sexo con el mayor número posible de mujeres.

Este género se identifica con un contexto hiper sexualizado, a veces violento, a veces desagradable pero sin duda “popular”. Como sea, fue una de las lecturas y productos culturales más recibidos, y consumidos del país.

Es cierto que todos los personajes tenían un todo lujurioso y machista, las mujeres son objetos sexuales y fetichizados, pero sin duda sin ese componente no se hubieran vendido ni veinte ejemplares.

Hoy en día, estas historias son referentes de la literatura popular, y de la historia arte secuencial de nuestro país. El Así soy y qué era publicada por editorial EJEA desde mediados de los 80 hasta finales de los 90, competencia de la serie Sensacional:

Sensacional de barrios, Sensacional de traileros y Sensacional de policías. Estas publicaciones fueron un gran éxito comercial, y la serie se amplió a Sensacional chafiretes, Sensacional de terror, Sensacional de futbol, Sensacional de mercados y vaya a saber a cuánta más sensación.

Hoy en día es un género literario prácticamente en decadencia, derivado de las redes sociales que facilitaron el acceso a pornografía digital, como videos o fotografías.

Sin embargo, vale destacar que uno de sus principales artistas, Bazaldúa, logró catapultarse hacia editoriales como Humanoids, SpaceGoat, DC Comics y Marvel Comics. De hecho varios de las historietas más populares norteamericanas han pasado por su tinta.

Hoy puedes encontrar estos pequeños libros en mercado libre, además de formatos digitales en PDF.

Y sí, representan lo peor del machismo, picardía y ganas de chingar del mexicano, pero no se puede negar que su principal éxito fue precisamente por retratar la realidad de nuestra sociedad.

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