Las pérdidas de Morena

La cosa pública

Por José Hugo Trejo

Con todo y que ganó en las pasadas elecciones las cuatro diputaciones federales y ocho de los once municipios de Quintana Roo, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) registró una sensible pérdida de votos con respecto a los que obtuvo en la elección de hace tres años.

La merma de votos morenistas se registró principalmente en los Municipios que gobierna desde 2018, en uno de los cuales incluso, Solidaridad, fue derrotado en la elección municipal; sin embargo, y a pesar de la caída en más del 53 por ciento de su votación histórica en Benito Juárez, los votos obtenidos en esta ocasión le alcanzaron de sobra para retener el Ayuntamiento; lo mismo en Othón P. Blanco, en donde su votación bajó 18 por ciento, pero aún así ganó.

Y si a nivel estatal Morena perdió votos en la pasada elección federal y local, en relación con los que captó en 2018, en el resto de los Municipios quintanarroenses registró un crecimiento de votantes, no obstante que en algunos haya perdido la elección por la presidencia municipal, como fueron los casos de Bacalar e Isla Mujeres.

El crecimiento de Morena en algunos Municipios quintanarroenses fue abrumador, como los casos de José María Morelos, en donde creció en más del 300 por ciento, y Tulum, en donde casi alcanzó tres veces la cantidad de votos que captó en la elección municipal de 2018.

El resultado más cualitativo, aunque sin dejar de ser cuantitativo, Morena lo obtuvo en el municipio de Cozumel, considerado el último bastión priísta, en donde los principales partidos protagonistas antagónicos de las contiendas electorales eran el PRI y el PAN. Sin embargo, en esta elección participaron unidos para tratar de conservar la plaza para el priismo, cosa que no lograron ante el crecimiento del voto morenista que los derrotó el pasado domingo.

La derrota cualitativa más dolorosa para Morena, sin lugar a dudas fue la sufrida en Solidaridad, en donde una merma de votos superior al 50 por ciento, con respecto a las que captó hace tres años, hizo factible el triunfo de la coalición PAN-PRI-PRD, aun cuando la misma obtuvo mucho menos votos que los que obtuvieron en conjunto cada partido por su lado en la elección inmediata anterior.

No ocurrió lo mismo en el Municipio de Benito Juárez, en donde a pesar de registrar ahí Morena la pérdida cuantitativa más voluminosa de votos, más de 101 mil con respecto a los alcanzados en 2018, ganó la elección por la Presidencia Municipal, y eso que su principal adversario de la coalición PAN-PRD sí tuvo un crecimiento significativo de votos.

En Morena se deben preocupar por esta merma considerable de votantes en los Municipios quintanarroenses que están gobernando desde 2018. Porque perder en un solo Municipio, Benito Juárez, más de 101 mil votos en tres años, que son muchos más de los que obtuvieron para ganar la reelección, no es para soslayarse y echar al vuelo las campanas ufanándose de haber obtenido un triunfo contundente sobre sus adversarios partidistas más cercanos.

El problema que tiene Mara Lezama Espinosa, la virtual presidenta municipal reelecta, no es con los adversarios políticos que venció en las urnas por la fuerza que tiene el morenismo y la influencia inobjetable del presidente Andrés Manuel López Obrador, sino con los más de 101 mil ciudadanos de Cancún que no acudieron a ratificarla.

Las causas de esa pérdida de votos que registró Morena en Benito Juárez ya las sabemos de sobra: su mala gestión en el gobierno municipal, el tráfico de influencias y la corrupción que solapa y de la que es partícipe junto con su corruptor y aliado, Jorge Emilio González Martínez, “El Niño Verde”, que ya le hicieron ganar al Municipio que tiene a Cancún como su cabecera, el puesto número cinco entre los Municipios más corruptos de México.

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