Palazuelos le pone nombre a la guerra sucia del “carro completo” en Q. Roo: Jorge Emilio

La última palabra

Por Jorge A. Martínez Lugo

  • Por primera vez alguien nombra al “innombrable”; nunca aparece en público, pero tiene el poder de encumbrar carreras políticas o enviarlas al ostracismo.
  • Su juego se llama: “toma todo”

La estrategia de “guerra sucia” que vive Quintana Roo en este proceso electoral tiene nombre: Jorge Emilio González, el llamado “niño verde”, dueño del partido de las cuatro mentiras.

Roberto Palazuelos, candidato de Movimiento Ciudadano al Senado, le puso el cascabel al gato; nombró al innombrable presunto autor de la judicialización de las elecciones, amaña por el “carro completo” para la 4T.

Nadie se había atrevido a pronunciar el nombre del hombre mito; nunca aparece en público pero se le teme; al interior, más que respeto se le teme; sus órdenes son sentencias; tiene el poder de encumbrar o enviar al ostracismo. Al exterior al parecer es quien utiliza lo que en comunicación política se llama lawfare, fuego legal, guerra sucia. Su juego de la pirinola se llama: “Toma todo”.

El actor y empresario, quien aspira al Senado de la República, también es abogado; aquí les dejo su denuncia pública:

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

El día de ayer comenzó a circular una noticia calumniosa, falsa y tendenciosa, en la que supuestamente se me imputa un delito del que yo ni siquiera tenía conocimiento, ante lo cual me permito hacer las siguientes precisiones:

El día 26 de enero del presente año, una persona abrió una carpeta de investigación en mi contra, por un supuesto allanamiento de morada y amenazas, donde el denunciante “admite, ni encontrarse en el lugar de los hechos, ni que estos le consten”, si no que presenta a dos de sus trabajadores a declarar.

FABRICACIÓN DE DELITO

En base a esto, se intentó fabricar un delito, que no cometí, derivado de una denuncia interpuesta por una persona que, hasta la fecha, desconozco su nombre, nunca he visto y que además menciona en su denuncia, que no le constan los hechos y que no estaba presente, en la cual me acusa de allanamiento de morada y amenazas, bajo los siguientes hechos:

El día 26 de enero en mi calidad de presidente de Colonos de mi Isla, tuve conocimiento por parte de mis vecinos, que la noche anterior personas ajenas al condominio se introdujeron ilegalmente, en una lancha cargada de materiales, para ejecutar una obra clandestina, burlando los sistemas de control y seguridad del fraccionamiento, ya que no tenían un permiso de construcción del Comité de Vigilancia, y por ende, no podían introducir el material por la puerta principal, por lo anterior, se encontraban construyendo un muelle, el cual bloqueaba el libre tránsito del canal y del cual aseguraban tener permiso, lo anterior resultó ser completamente falso y ser violatorio de la normatividad del fraccionamiento, ya que al consultar con el Comité de Construcción y el Comité de Vigilancia, no se contaba con ningún permiso.

Ante tal situación y a petición de mis vecinos, me presenté como Presidente de colonos, en las afueras de la residencia, donde se llevaba a cabo la ilegal construcción, y pregunté a las personas ahí presentes si tenían los permisos para edificar el muelle, quienes me cuestionaron que quién era yo, por lo que con insultos se negaron a proporcionarme la información. Acto seguido, uno de ellos me acercó su teléfono celular y me comunicó con el dueño de la casa.

Al hablar con esta persona le cuestioné sobre si contaba con autorización y quién le había otorgado el permiso de la obra, y el porqué se habían metido los materiales de forma clandestina, ante lo que él, de manera grosera y molesta, me dijo que no me estuviera metiendo en lo que no me importaba. Acto seguido me retiré y fui a reportar a la administración los hechos, donde me indicaron que no había ningún permiso del comité para dicha obra.

Como consecuencia de lo anterior, me entero ayer por los medios que, ilegalmente, violentando mis derechos humanos y el respeto al debido proceso, la Fiscalía, estaba tramando implementar una orden de aprehensión para poder meterme a la cárcel, así como privarme de mis derechos político-electorales. Esta situación fue desechada por el Juez de Control, quien el día de hoy desestimó los argumentos de la fiscalía e impidió que me vincularan a proceso.

Todo lo anterior sumado a la persecución política en mi contra, tiene como objeto, vulnerar la alta aceptación que mi candidatura tiene al Senado de la República.

Hasta aquí su carta; usted tiene la última palabra.

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