CANCÚN.- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) anunció que presentará una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República (FGR), contra quien resulte responsable por la muerte de un jaguar (Panthera onca), atropellado el miércoles en la carretera 307 Cancún – Chetumal (cerca de Akumal), que se hizo viral en redes sociales.
En una tarjeta informativa, la Profepa reveló que los restos del ejemplar macho fueron trasladados a un Predio o Instalación que Maneja Vida Silvestre fuera de su Hábitat (PIMVS), para realizar una necropsia.
Indicó que preliminarmente se observó un colapso pulmonar en el lado izquierdo del jaguar, sin rasgaduras en la piel, posiblemente causado por el impacto de una costilla.
Destacó que aunque se desconoce la identidad del vehículo responsable, se recolectó una porción de la facia delantera como evidencia.
“Dado que el jaguar está catalogado como una especie en Peligro de Extinción según la NOM-059-SEMARNAT-2010, la Profepa presentará una denuncia ante la Fiscalía General de la República y constituye el proceso administrativo para los fines legales a que haya lugar en dado caso que se obtenga información del presunto responsable”, manifestó.
En este sentido, la autoridad ambiental invitó a la ciudadanía “a conducir con especial precaución a fin de evitar accidentes con fauna silvestre en carreteras”.
Por su parte, ambientalistas denunciaron que desde el 30 de septiembre de 2022 a la fecha van al menos seis jaguares muertos, ya que no existe ni un sólo paso de fauna en esta carretera que dividió la selva en su momento.
Los activistas Pepe Tiburón y Raul Padilla alertaron que la construcción del Tren Maya, desarrollos inmobiliarios y lo que se viene con el crecimiento de la región está expulsando a los animales de sus tierras.
Advirtieron que de acuerdo con los censos, hay alrededor de 900 jaguares en Quintana Roo y “la carretera 307 se ha convertido en la más peligrosa para la especie”.
Subrayaron que es momento de que en México se tomen decisiones escuchando a la ciencia y dejando a un lado la demagogía.
Fuente: Excélsior