El jefe de la Nación cerró agosto concretando una jugada que beneficiará a todas luces su proyecto de gobierno de cara al inicio de la segunda parte del sexenio, al anunciar el retorno de Olga Sánchez Cordero al Senado de la República y la llegada a la Secretaría de Gobernación del gobernador de Tabasco Adán Augusto López Hernández, pues le permitirá reforzar su presencia y sus ideales en la Cámara Alta con la figura de la exmagistrada, quien tendrá mucho mayor apoyo del Morena, sus aliados y hasta de la oposición en la Mesa Directiva que cualquiera de los otros que aspiraban al cargo, incluida la favorita del líder morenista Ricardo Monreal, Marybel Villegas Canché, quien sin duda esperaba dicha distinción para tener mejores credenciales de cara al inminente proceso de selección de candidato a la gubernatura quintanarroense. Esto, por el lado del Congreso, pues el presidente también contará a partir de ahora con un secretario de Gobernación totalmente incondicional, gracias a que Adán Augusto (y su familia) se ha caracterizado por apoyar en todo momento a Andrés Manuel, desde los tiempos en que militaba en el PRI y el PRD. Y además, para cerrar la jugada, la gubernatura tabasqueña quedaría en manos de uno de sus ‘superdelegados’, Carlos Manuel Merino, durante los siguientes cuatro años, pues todo indica que su carácter de gobernador “provisional” pronto cambiará al de gobernador interino.
Javier Ramírez
La exmagistrada Olga Sánchez Cordero finalmente regresó al Senado luego de casi tres años encabezando la Secretaría de Gobernación (Segob), donde tuvo el honor de ser la primera mujer en ocupar el cargo. Desde ahí, ayudó a impulsar una agenda que permitió dar mayores espacios a las mujeres dentro del Gobierno mientras se hacía cargo de temas trascendentales.
Sin embargo, al final no son pocos los que consideran que hizo un gris trabajo en Segob, pues muchos de sus proyectos, como la legalización de la marihuana, quedaron estancados en el Congreso de la Unión. Se dijo muchas veces que no pudo tener la libertad suficiente para actuar, debido a que siempre fue opacada en sus funciones por el presidente Andrés Manuel, con quien tuvo marcadas diferencias, sobre todo cuando éste arremetía contra los magistrados de la Suprema Corte, declaraciones con las cuales ella nunca estuvo de acuerdo.
Aun así, Sánchez Cordero supo mantener un comportamiento institucional y ahora se prepara para continuar apoyando la ‘Cuarta transformación’ desde el Senado de la República, donde, señaló, desde el principio soñó estar.
Cambios inesperados
Todo sucedió en cuestión de horas el pasado 26 de agosto, cuando adelantándose al anuncio oficial el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el Senado de la República, Ricardo Monreal, informó que Olga Sánchez Cordero había decidido reintegrarse a los trabajos legislativos, tras casi tres años de haber pedido licencia para poder asumir la titularidad de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Minutos después, en un video difundido en redes sociales, el jefe de la Nación Andrés Manuel López Obrador agradeció a la exmagistrada su trabajo al frente de la dependencia, recordando que fue él quien le hizo la invitación al cargo, para que pudiera marcarse un hecho histórico al tener a una primera secretaria del Interior.
Acto seguido, el mandatario presentó a “su amigo, paisano y compañero entrañable”, Adán Augusto López Hernández, como el nuevo titular de la Segob, pidiendo a los tabasqueños que le permitan integrarse al proceso de consolidar y consumar “la transformación de México”
Tres años de ‘claroscuros’
Luego de 20 años de fungir como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde mantuvo una postura a favor del aborto, la legalización de la marihuana y la justicia para las mujeres, se integró a los trabajos legislativos por invitación del entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, quien la nombró diputada constituyente. Junto con Alejandro Encinas y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros, ayudó a crear la primera Carta Magna de la capital en 2018.
Posteriormente, fue nominada por el Morena para el Senado de la República por la vía de la representación proporcional, pero entonces el presidente Andrés Manuel la invitó a convertirse en la primera mujer en ocupar la Secretaría de Gobernación. Su lugar en la Cámara Alta fue ocupado por su suplente, la polémica Jesusa Rodríguez.
Pero una vez en el cargo, la Segob fue perdiendo cada vez más protagonismo, al reducirse sus funciones, como fue la atención a víctimas. Temas como el de Ayotzinapa quedaron inconclusos, mientras que proyectos por los que había abogado, como la legalización de la marihuana, quedaron en ‘stand by’. Tampoco pudo avanzar mucho en el tema de la migración, debido a la política estadounidense de Donald Trump, quien le dejó a México el trabajo de mantener a raya a los inmigrantes centroamericanos, miles de los cuales aún siguen en territorio mexicano.
Sánchez Cordero supo coordinarse con los gobernadores y trabajar a favor de las mujeres, pero su labor estuvo muy ocupada por la figura del presidente, quien nunca ha necesitado que sus secretarios hablen por él. Además, ambos mantuvieron desacuerdos, especialmente a la hora de hablar sobre los feminicidios y la labor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Aun así, la exmagistrada sigue apoyando la transformación del país, ahora desde la Cámara Alta, donde horas después de fue designada por unanimidad como candidata de la bancada del Morena a la Mesa Directiva. Finalmente, el 29 de agosto, con 79 votos a favor, fue elegida presidenta para el primer año de la nueva LXV Legislatura. Desde ahí, se espera que trabaje para que la Ley Federal de Revocación de Mandato pueda aprobarse lo más pronto posible y sin modificaciones.
Los líderes del PRI y del PAN se quejaron de que el Morena no permitió la alternancia en el Senado.
Fiel compañero
Cuando tuvo que elegir al nuevo titular de la Segob, Andrés Manuel no debió tener ninguna duda a la hora de designar a Adán Augusto López Hernández, gobernador de Tabasco quien desde hace más de 30 años ha sido hombre de todas sus confianzas.
Y es que el padre de éste, Payambé López Falconi, fue vital para en la carrera política del actual presidente en su natal Tabasco, donde fungió como su abogado en diversos asuntos, como fueron las elecciones de 1988, donde siendo candidato priista a la gubernatura acusó al PRD de haber hecho fraude, y en 1994, cuando de nuevo buscó la gubernatura pero bajo las siglas del ‘Sol Azteca’.
Conforme la carrera de Andrés Manuel fue creciendo, López Falconi le pidió que apoyara a sus hijos, Rosalinda y Adán López Hernández. López Obrador respondió, en sus tiempos como jefe del PRD, apoyando a la primera para ser diputada federal y senadora. Hoy en día, Rosalinda funge como administradora general de la Auditoría Fiscal Federal del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Por su parte, Adán, quien fue coordinador de la campaña de Andrés Manuel en 2006 en entidades como Campeche y Quintana Roo, fue diputado local, diputado federal y senador. Luego de ser el notario público de cabecera del hoy presidente en asuntos como la entrega de propiedades a sus hijos tras la muerte de su primera esposa, Rocío Beltrán Medina, se volvió un compañero incondicional de éste.
Su llegada a la gubernatura de Tabasco se dio al mismo tiempo que la Presidencia de Andrés Manuel, a cuyo hermano, José Ramiro, designó como secretario de Asuntos Fronterizos, Migrantes y Derechos Humanos del Gobierno tabasqueño.
Luego de que el presidente le informara sobre su decisión de apuntalarlo para ocupar la Segob, Adán Augusto pidió licencia al Congreso de Tabasco, donde los legisladores del Morena apoyaron la decisión de éste de dejar a Carlos Manuel Merino Campos, ex ‘superdelegado’ federal, como el gobernador provisional, en lugar del secretario de Gobierno José Antonio de la Vega, como establece la ley estatal. Se dice que éste último fue ordenado a renunciar para ser integrado a la Segob junto con López Hernández, lo que permitió a Merino Campos ocupar la gubernatura “provisional”.