El minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
Conforme avanza la investigación de la Fiscalía estatal y salen a relucir los nombres de nuevos implicados, el fin del sindicato de taxistas de Cancún se acerca y esta es una gran oportunidad para el gobierno estatal, para la gobernadora Mara Lezama, no tan sólo para refundar al propio sindicato, sino también para dislocar uno de los brazos más feroces del crimen organizado.
Esto, claro está, con el respaldo cada vez más evidente del gobierno federal vía la secretaria de seguridad que comanda Omar García Harfuch. Emprender una tarea como limpiar a fondo al dicho sindicato sólo es posible con apoyo de la Federación, y más ahora que está el operativo de los cien días de la presidenta Claudia Sheinbaum
Es una oportunidad soñada para los exgobernadores que tuvieron que recular ante el embate del crimen organizado con careta del sindicato taxista; casi todos cedieron para tener la fiesta en paz y algunos hasta se sirvieron del gremio con fines electorales. Podríase decir que solaparon el desarrollo criminal en un área toral de la vida de Cancún, pero tal baldón no les incomoda..
Alentar la refundación de este gremio en Cancún, para iniciar por algún lado -en realidad habría que refundar a todos los del Estado, pues la ola mafiosa los alcanzó a todos- sería aplaudido tanto por la comunidad como por los propios taxistas, en general las primeras víctimas del propio sindicato. El gobierno estatal es el que otorga las placas para el servicio público.
En el gremio taxista local hablan de la refundación del sindicato y hasta suenan ya algunos nombres, pero en la base trabajadora, la de los choferes, hay un punto coincidente: no basta con sacar al narco de sus filas, sino que también debe reformarse la estructura sindical que, hoy por hoy, tildan de abusiva. Es un reto digno de la gobernadora Mara Lezama.