El minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
Para abrir el año, nada mejor que una columna de dos vías. Una irá por los caminos políticos locales y la otra por el ámbito nacional o mejor, por el complejo estadio internacional, que el finísimo Donald Trump, con sus decires, da la idea de una cabra loca en cristalería; es como el argentino Javier Milei, pero en versión gigante, aunque éste sí tiene un poder real.
Hace unos días, con inusitada postura, Mara Lezama regañó no sólo a su propio gabinete, sino también a la revoltosa grey estatal de Morena. A unos les dijo que no se enamoraran del poder y del dinero, y a los otros les exigió no adelantar los tiempos políticos en lo que toca a la sucesión de gobierno del 2027, y les recordó que en Quintana Roo hay gobernadora, que no se confundan.
El golpe de mesa, desde luego, cimbró a unos y a otros, sobre todo por lo inusual. Es notorio que los más del gabinete estatal van a un ritmo laboral mucho menor que el de la gobernadora y que sus pifias y corruptelas ensucian la imagen de todo el gobierno, pero no se les había dicho con tanta claridad; más que un regaño, lo que se les hizo fue una advertencia: están en capilla.
Dentro de Morena, en lo local y lo nacional, la postura de Mara Lezama también tuvo y tiene ecos: no se vale adelantar los tiempos de la sucesión y el que el Estado sea todo morenista no es por azar, sino fruto de arduo trabajo político. Alertó sobre el peligro que implica para la propia 4T el que se permitan afanes caníbales hijos de la codicia más que de legítimas ambiciones políticas.
En otro estadio, acaso la mayor virtud de la presidenta Claudia Sheinbaum sea su mesura, y vaya que la va a necesitar para tratar con Donald Trump, quien asumirá la Presidencia de EU el próximo 20 de enero. Quizá sea la primera vez que un presidente mexicano, en tiempos de paz, no acuda al rito de sucesión de la Casa Blanca. Hasta el momento no hay invitación oficial.
No se trata de una pifia del equipo de Trump, pues fue invitado el embajador mexicano, sino de una fórmula diplomática que envía un mensaje: no somos amigos. Si mañana llegase la invitación oficial, lo más probable es que, por agenda, Claudia Sheinbaum no pudiera acudir a la ceremonia; la dignidad por delante… Pudiera ser. Cual se dijo, la mesura es una de sus virtudes.