La hora del Sur

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Signos

La oposición política y los liderazgos civiles del sur de Quintana Roo debían entender que esta es la hora de alentar las inconformidades sociales contra el dominio verde -de propaganda guinda y demagogia humanista y feminista de veneración claudista y esas majaderías ideológicas- de los Poderes republicanos locales y evitar su cancunización, su frivolización histórica, su nomadización (o su mudanza domiciliaria como ruedas de la fortuna de los nuevos grupos de poder) y su disponibilidad, constitucionalizada con mayoriteos legislativos tan sórdidos y peregrinos como la absoluta complacencia gobernante de quienes se sienten predestinados al totalitarismo por la gracia de la popularidad obradorista del espíritu santo del Bienestar y con los avales del presidencialismo que la representa.

Es cierto que no puede ser cosa menor combatir contra los fantasmas electoreros de una causa militante de herencias carismáticas y bonificaciones en efectivo favorables a gobernantes de ese partido y a sus elegidos a dedo para dirigir o representar los Poderes del Estado. Pero es un imperativo rebelarse contra sus excesos, sus arbitrariedades, sus incompetencias y sus arrogancias autoritarias allí en sus comunidades y demarcaciones; allí donde es de sobra visto y sabido que sus predicadores de la regeneración moral atentan contra el interés público, favorecen la ilegalidad, afectan los valores de la convivencia, traicionan la integridad de su investidura representativa, abusan de la institucionalidad y de la autoridad de que disponen, son factores de inseguridad y de violencia, y lucran y vulneran los derechos esenciales de los ciudadanos usurpando el voto que les fue confiado por la incivilidad creyente o ganándolo con el convencimiento de los bonos económicos de las mayorías electoras.

Los liderazgos civiles y políticos opositores a la chusma que desconoce las virtudes históricas y cívicas de una ciudad que, como capital, representa una identidad cultural y republicana -como son las capitales del país, más allá de su tamaño y sus capacidades económicas, y por lo que han sido fundadas como tales- debían entender que es la mejor hora para protestar y alentar la rebeldía ciudadana y la conciencia del sufragio en contra de quienes en nombre de la redención moral y la transformación nacional obradorista, usurpan los colores y las ofertas ideológicas de su partido para controlar los Poderes republicanos en favor de los intereses particulares de sus grupos, los que, en el caso quintanarroense, lidera el Niño Verde.

SM

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