Entre catástrofes naturales, criminales y judiciales

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Signos

Parece que los Gobernadores del obradorismo están complicando más las graves crisis de sus Entidades Federativas (climáticas, de seguridad y de corrupción de sus sistemas de Justicia) que siendo factores de solución de las mismas. Y parece que Claudia está siendo incapaz de enfrentar eso. Porque no sólo no ejerce presión, ni como cabeza de su movimiento político y partidista ni como jefa del Estado Nacional cuya gestión es afectada por la mala gobernanza de los suyos. Tolera, deja hacer, complace y se hace cómplice, por temor a la ruptura y la disgregación, entendiendo que los altos índices de popularidad con que ella cuenta son suficientes para mantener la continuidad mayoritaria. Pero ese recurso, sostenido con los también muy populares programas sociales (y electorales) del Bienestar, puede ser tan frágil como que el obradorismo claudista no ha generado ‘cuadros’ o liderazgos propios de relevo, y a los Gobernadores (que nunca han sido paladines de la regeneración moral sino más bien todo lo contrario: oportunistas que han medrado y delinquido canturreando en ese coro) sólo les importa mantener sus privilegios locales de poder mientras están en él y hacen ganar a alguien que les cuide las espaldas en la salida. Pero si caen Veracruz o Tamaulipas o Sinaloa o Baja California u otro de los Estados amenazados por el fracaso de sus pésimos Gobiernos (Quintana Roo no, porque el Verde va a defender su bastión vestido de guinda o del color que sea que le convenga) acaso Claudia tendrá que renombrar su causa. Pero no parece estar tomando las providencias necesarias.

SM

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