Andrés Manuel, entre las verdades de Espino y del almirante

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Signos

Menuda bronca.

Pues es claro que el gobernante tiene que estar informado de los mayores negocios criminales de su entorno de poder; mejor informado que nadie. Lo dijo un morenista tan consumado como el exPresidente nacional del PAN, Manuel Espino, a propósito de la banda criminal que quien fuera Secretario de Seguridad de Tabasco dirigía cuando el ahora jefe de la mayoría del Senado -y correligionario de ambos, del prófugo Bermúdez Requena y de Espino-, Adán Augusto López, era el Gobernador y jefe de ese jefe de Seguridad y de ‘La barredora’ en su Entidad; dijo que si los jefes de los criminales en el poder público no sabían que lo eran era porque o eran pendejos o eran cómplices. Y antes, y aunque de otra manera y para atacar a sus antecesores, lo había dicho el que era Presidente de la República en ese mismo tiempo de ‘La barredora’ tabasqueña y jefe máximo de la misma causa de la regeneración moral o de la llamada ‘cuarta transformación’ -con cuyo movimiento partidista llegó al supremo poder del Estado mexicano y a la que pertenecen Bermúdez, Adán Augusto y Espino-, es decir Andrés Manuel López Obrador, quien aseguraba que el mayor conocedor de los más grandes negocios delictivos fraguados en el país no podía ser nadie más que el Presidente de la República, quien los toleraba.

Y es por eso que al circo de la moral de la ‘cuarta transformación’ le están creciendo los enanos.

Como el expanista Espino y el obradorista Andrés Manuel, la panista y excandidata presidencial, Xóchitl Gálvez, asegura que si el jefe de la Armada mexicana que estaba a las órdenes del entonces Presidente Andrés Manuel, es decir el almirante José Rafael Ojeda, sabía del gran negocio criminal de los diez millones de litros de combustible descubierto ahora y cuyo cargamento era traficado de manera ilícita con el consentimiento de altos funcionarios navales a su cargo, pues también su jefe, el Presidente, lo sabía. Que declare ante la autoridad ministerial, dice, y que cuente todo lo que sabe.

¿Y de ‘La barredora’ de Bermúdez tampoco supo nunca nada Adán Augusto, ni como Gobernador ni como Secretario de Gobernación, ni el entonces Presidente?; ¿ni con todos los recursos de la Inteligencia y la seguridad, civiles y militares?; ¿ni del huachicoleo de ‘La barredora’ de Bermúdez por aguas y puertos tabasqueños de su responsabilidad se enteró en su momento el almirante Ojeda, ni a su jefe el Presidente pudieron enterarlo otras fuentes presidenciales con capacidad de sobra para hacerlo?

¿Quiénes son los cómplices y quiénes los pendejos en estas tramas criminales de la regeneración moral donde los que lo son lo saben? ¿Dirá de qué lado de unos y otros ha jugado el almirante exSecretario de la Armada, tan exonerado de toda culpa por la Presidenta y por los jefes del Sistema Nacional de Seguridad y el que, diría Espino, si no es culpable es un pendejo? Pero ¿y tampoco sabía nada de nada su entonces compañero de gabinete y jefe del mismo, el Secretario de Gobernación? Sería imposible, acotaría, seguro, el exjefe presidencial de ambos, porque el Presidente sabe cómo y quiénes hacen los grandes negocios sucios puesto que se hacen al amparo de la corrupción, la impunidad y la sociedad con los jefes del poder político.

SM

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