Covid-19 convirtió a Las Vegas en una ciudad fantasma

En los últimos dos meses de cierre por el coronavirus se han perdido 40 mil bodas en las Vegas, y cerca de 4 mil millones de dólares en espectáculos, hoteles, restaurantes y casinos.

La mayoría de los empresarios intentaron de reabrir el día 15, de acuerdo con las fases de desescalada de la cuarentena en el Estado de Nevada.

Todos los casinos de la ciudad están cerrados por orden del Estado. Los pocos hoteles que funcionan no tienen servicios y operan al 5% de su capacidad. La comida solo se sirve a domicilio. El aeropuerto está desierto.

En el famoso Strip, la calle de los hoteles y casinos, familias de residentes pasean en bicicleta con los niños por mitad de la calzada. Los adolescentes hacen carreras en monopatín entre los casinos. No hay música, ni fuentes, ni nada que anunciar. Es como si alguien hubiera dejado abandonado un enorme decorado, vacío y silencioso en medio del desierto.

Detrás de ese decorado se está gestando una catástrofe económica y, posiblemente, humana. La región de Las Vegas tiene dos de los tres millones de habitantes de Nevada. Tan solo en la avenida principal se perdieron 368 mil empleos directos o indirectos. De los 60.000 empleados afiliados al sindicato de hostelería de Las Vegas, la Unión Culinaria, el 98% está sin trabajo

La ciudad entera depende de actividades que están paralizadas y, además, no van a volver en un futuro cercano: hoteles, restaurantes, juego y espectáculos.

Lo que en otros lugares es una parte de la economía, en Las Vegas es la economía, sin más. Alan Feldman, exejecutivo de MGM y experto en Juego Internacional de la Universidad de Nevada, lo califica de “devastación total”. “Es un cierre completo. Trato de cuidar las palabras porque me empiezan a faltar. ‘Sin precedentes’ ya no vale. Es una destrucción competa de todo”.

Rivera ha empezado a ir a por comida al banco de alimentos del sindicato. Las colas de gente como ella empiezan a verse por todo Las Vegas. Los tres casinos de la cadena Station se han convertido en centros de reparto de comida mientras están cerrados.

Larry Scott, director ejecutivo de la ONG Three Square, que organiza estos repartos de comida, cuenta que en los primeros días del cierre asumieron “cientos de toneladas” de comida perecedera de los casinos. Después, la no perecedera. “Ahora ya no recibimos nada de ellos”. Sigue habiendo comida gracias a donaciones, por ahora. Three Square reparte más de 500 toneladas de comida a la semana.

Recuperar la actividad económica en Las Vegas pasa por una condición ineludible: recuperar el juego. No se puede levantar el resto de la economía sin ese pilar.

“El juego es entre el 30% y el 40% del negocio del Strip”, afirma el exejecutivo de MGM Alan Feldman. “Los buenos hoteles y los espectáculos en directo existen por el juego. Nadie más se puede permitir montar producciones así”.

¿Cómo se juega sin tocar las cartas, o las fichas, o los dados, o sentado a metros de distancia, o sin poder ver la cara a los demás jugadores? Toda la economía de la ciudad descansa sobre una actividad aparentemente incompatible con el distanciamiento físico. El hotel casino Wynn ha sido el primero en publicar un protocolo sobre cómo piensa reabrir. Se desinfectarán las fichas y las tragaperras. Se quitarán asientos. Habrá gel desinfectante en las mesas, los huéspedes llevarán mascarilla…

Pero una timba de póker con mascarillas y desinfectante sobre la mesa es, como poco, anticinematográfico. La realidad es que “el concepto normal ya no existe”, afirma Feldman. “Los casinos tendrán que pensar hasta qué punto se puede usar la tecnología, para jugar por vídeo con un dealer, por ejemplo”. Feldman cree que hay que empezar a “ser creativos” e imaginarse ese futuro para el negocio. “También había quien pensaba que los lectores de periódicos jamás renunciarían a la experiencia del papel”, razona Feldman. “Tenemos que hacer 20 años de innovación en los próximos 2 años”.

Fuente: Fuente: PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL / El País / https://elpais.com/

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