Cuando lo importante no existe

Signos

Quedarse en el barullo de la superficie, en la discusión de lo anecdótico, en el espectáculo de la gritería, eso es el ‘debate’ político y el interés de la opinión pública de los tiempos. 

La menudencia temática y la diatriba de guerra de militancias y sectores ‘críticos’ asociados a los bandos en disputa, hacen los grandes casos de la comunicación social. 

Ni el negocio político ni el mediático rinden mejores cuentas. Las nuevas reformas constitucionales y el nuevo discurso anticorrupción no desalientan las viejas y pervertidas prácticas electorales, como ya se ha visto en los comicios locales recientes de Coahuila e Hidalgo y se verá en los del año que viene. No se avizoran candidatos ni proyectos alternativos de mandato y representación popular. Morena sigue teniendo un solo y unigénito liderazgo nacional y una sola fuente de poder de la que siguen siendo subsidiarios absolutos y sin la mínima luz propia todos sus aspirantes a algo. La oposición sigue dependiendo, asimismo, de la eventual debilidad de la imagen presidencial, y no tiene más oferta -ni ideológica ni programática, ni partidista o diferenciada- que la mediocridad aliancista -panista, perredista, etcétera, sin más identidad particular que las siglas con que se distinguen los grupos partidarios con fines de financiamiento público- o el resurgimiento del jurásico priista -si el lópezobradorismo no opera de una vez por todas los procesos anticorrupción en los hechos judiciales y más allá de la retórica y la propaganda-.

Procesos electorales y alternancias representativas van y vienen, con sus respectivos discursos y promesas de cambio histórico, y la calidad educativa -de la que dependen las transformaciones sociales reales- sigue siendo la de siempre o una de las peores del mundo civilizado, y en torno a esa cuestión estructural no se advierte interés ni debate alguno.

Y en piltrafas sigue la seguridad pública nacional. La violencia no cede. Los grupos criminales siguen matando y se siguen matando como siempre, y el ‘debate’ no pasa de atribuirle todos los muertos al mandatario en turno, mientras se arma el alboroto militante en torno de los juicios contra los grandes mafiosos mexicanos en los Estados Unidos, y el presidente mexicano sigue insistiendo en que importa más la defensa de la soberanía frente al intervencionismo estadounidense -sin importar que los únicos procesos contra los grandes criminales mexicanos sean los producidos por el intervencionismo de la DEA- que la inercia y la incompetencia cómplices de las autoridades mexicanas en favor del ‘narco’ y sus aportes a la soberana criminalidad en México.

No hay debate en torno a la situación de la violencia y la inseguridad en el país, a propósito del proyecto presidencial en curso o de las alternativas opositoras. Qué es lo que no sirvió en los modelos precedentes, qué es lo que tampoco sirve ahora, y qué es lo que sí puede servir según los críticos y opositores del lópezobradorismo, es algo de lo que no se habla, igual que nada se dice -y las noticias pasan como asuntos de la menor importancia- en torno de las evidencias, datos y revelaciones escalofriantes sobre los niveles de inoperancia del sistema de Justicia Penal en México, los que refieren, como señala la organización México Evalúa, que en el país se padece un libertinaje criminal y una impunidad de pueblo sin ley, donde el delito no se castiga y la complicidad judicial con él es casi absoluta y cercana al cien por ciento.

Y en un pueblo sin ley, donde la violencia no tiene diques, donde los mecanismos de la seguridad no funcionan, donde las instituciones son nada frente a las bandas criminales, y donde el sistema de Justicia es un costoso formalismo al servicio del crimen -según los datos objetivos de que se dispone-, el barullo electoral y la politiquería que se imponen en la llamada ‘opinión pública’ sólo son reveladores de que el analfabetismo funcional sigue siendo el peor enemigo de México.

SM

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *