El minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
Ya en pleno preludio electoral, este comentario con aire de marcha llama a reconocer que, entre los logros de López Obrador, está el haber politizado al país como no se había visto desde la gesta de 1910, aunque sin tiros ni cañonazos.
Para abonar a la democracia, hoy todo el mundo opina sobre la ruta que debe seguir el país y, eso es, sin duda, un gran avance en nuestra vida cívica.
Sin buscar más, el pasado domingo, en el Zócalo de la Ciudad de México, y en muchas otras plazas públicas del país, se realizó la Marcha por la Democracia, la que encabezó Lorenzo Córdova, el expresidente del Instituto Nacional Electoral, y la que congregó a más de 500 mil personas, una ‘marea rosa’, entre la que estaban líderes de la nueva oposición como Claudio X. González.
Frente al Palacio Nacional, al pie de “una Catedral que parecía sumarse a la marcha”, narró un articulista con tufillo a sacristía, el orador único de la jornada, el dicho Lorenzo Córdova defendió a la democracia, aunque no quedó claro bien a bien quién la atacaba, tanto que allí estaban, y acuño una nueva frase de ruta: “El INE sí se toca… pero para mejorarlo”, aclaró a los suspicaces.
El éxito de la marcha
Los insultos contra el presidente no faltaron, así como la expresión de la manida frase de que “está dividiendo al país”. Como apostilla se anota que, el cineasta Ismael Rodríguez, quien dirigiera las cintas “Ustedes los Ricos” y “Nosotros los Pobres”, con el ídolo Pedro Infante, no sabía que estaba dividendo al país con sus películas ya que, en 1948, a nadie se le había ocurrido tal disparate.
La Marcha por la Democracia del pasado domingo fue un éxito, sí, pero no por lo que suponen los artífices de la Marcha Rosa –vaya con la cursilería-, sino porque mostró nuestro grado de politización y, por ende, el de nuestra democracia.
Las elecciones por venir servirán para cristalizar este avance, y sin duda, serán muy concurridas. Un gran legado el de López Obrador.