CIUDAD DE MÉXICO.- El 15 de septiembre no podemos celebrar las Fiestas Patrias sin comernos un pozole, pues es un platillo que se degusta en todo México, sus versiones van desde el espectro tricolor hasta el elaborado sin carne para deleitar a los paladares más exigentes, pero ¿sabes cuál es su oscuro origen?
Se trata de un platillo que ha pasado a la historia, pues data de la época prehispánica cuando era exclusivo para la nobleza, pues solo podían comerlo emperadores, nobles y guerreros. Su nombre significa caldo espumoso y viene del náhuatl pozolli, derivado de tlapozonalli.
Recibió ese nombre debido a que al poner al hervir en maíz con el que se elabora hacer burbujas o espuma. Algunos historiadores relatan que era el plato favorito del emperador Moctezuma quien lo dedicaba al dios Xipe Tótec, señor de la fertilidad. Se dice es una receta creada por los mexicas entre los años 1325 y 1521 y sólo se comía en celebraciones religiosas. Los sacrificios humanos se practicaron en toda Mesoamérica, pero a partir del año 500 después de Cristo que cobraron más fuerza
Se sabe que los mexica eran un pueblo guerrero, temido por ser sanguinarios, pues mediante la fuerza lograron dominar la región de Anahuac, sometían a quienes poseían lo que necesitaban y eran conocidos en la región aledaña al Valle de México por hacer sacrificios humanos para dedicarlos a los dioses.
En las crónicas de Bernal Díaz del Castillo se lee “son idólatras y se sacrifican, matan en sacrificios muchos hombres, é niños y mugeres, y comen carne humana”, desde luego que para los españoles fue un escándalo pues estaba con las reglas de Dios la práctica del canibalismo, por lo que tras la conquista prohibieron la ingesta de carne humana.
Pero como lo dijimos desde el principio, se trataba de un platillo especial, no cualquiera podría comerlo, pues era elaborado con la carne de los guerreros caídos en batalla, se consideraba un sacrificio ofrecido al dios dios Xipe Tótec en una ceremonia llamada Tlacaxipehualiztli, fiesta del desmembramiento.
Crónicas españolas dan testimonio de ello, pues en recetas de cocina recabadas por los frailes españoles se lee que era carne humana la que se cocían con el maíz. Otras versiones señalan que lo hervido en el pozole era xoloitzcuintle, una raza de perro domesticado y criado para consumo humano.
En el libro “Sabor que somos” publicado por el extinto Consejo Nacional para la Cultura y las Artes se puede leer que en marzo de 1530 el conquistador Nuño Beltrán de Guzmán fue recibido en Jalisco con un pozole y al darse cuenta en el interior de la olla había restos humanos tuvo una violenta reacción condenando el consumo de carne humana.
«Dicen que acercándose don Nuño Beltrán de Guzmán a la olla pozolera, vio que en el maíz había restos humanos inconfundibles, por lo que iracundo echó mano a la espada y quebró de un tajo la olla de arriba abajo, conminando a la reina y los tonaltecos a ya no comer carne humana».
Con la colonización se dejó de preparar con carne humana, fue gracias a los españoles que en la actualidad se guisa con carne de cerdo o pollo, incluso en una ápoca fue popular cocinar el maíz con carne de pavo y la receta poco a poco fue variando hasta llegar a un platillo tricolor como lo conocemos hoy en día pues hay verde, blanco y rojo, claro sin dejar de lado la versión con mariscos y la vegetariana sin carne, ni humana, ni de ningún animal.
Fuente: El Heraldo de México