Entre imbéciles y cómplices

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Signos

La diferencia entre Felipe Calderón y Genaro García Luna respecto de Adán Augusto y Hernán Bermúdez, como entre uno y otro cártel del crimen organizado que se infiltraron y se asociaron con sus Gobiernos, es la misma que hay entre el PAN de los primeros y el Morena de los segundos.

Allá y acá, como en todo, hay excepciones, claro está: las que confirman la regla.

Pero la consigna de ‘No robar, no mentir, no traicionar’, y la conducta ejemplar que la misma refiere, aunque no se cumplan ni en uno ni en otro bando, ni en el del color ideológico de cualquiera en la guerra por el poder y sus inevitables mentiras e imposturas propias de la demagogia y la propaganda, se creen menos, fuera de toda militancia y en la mayor intención de cercanía con la neutralidad y la objetividad, que es la de las minorías que no cuentan en las definiciones electorales y de opinión pública de tales contiendas democráticas (libradas en el lodo de los financiamientos ‘negros’ que, a decir de los especialistas, son los que más cuentan, en rango de tres a uno, en el costo de las candidaturas y sus campañas proselitistas en México), se creen menos, esa consigna y esa conducta de ‘no mentir, no robar, no traicionar’, en quien más lo grita como su verdad absoluta y lo defiende a rabiar como un cruzado o una cruzada de la revolución popular humanista ‘de corazón feminista’.

Y tanto menos creíbles son, consigna y comportamiento morales, y más censurables y repudiables las expresiones militantes defensoras de la diferencia favorable a su causa, mientras más se exhiben el cinismo y la corrupción de quienes mejor que nadie saben que no hay ninguna diferencia entre unos y otros criminales, e insisten en arropar, como si fuera una virtuosa gracia, a quienes son iguales a ellos.

Que Calderón era un imbécil o un cómplice de García Luna es tan cierto -afirma el diputado federal morenista y exdirigente nacional panista, Manuel Espino, y nadie mejor que él para decirlo, militando donde milita y viniendo de donde viene- como que Adán Augusto lo era respecto de Bermúdez Requena, fuese que no supieran sus crímenes o que se beneficiaran de ellos.

Pero de la medida del respaldo al exPresidente de la República o al exGobernador tabasqueño es la de la imbecilidad o la complicidad de quienes lo hacen.

SM

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