Un reporte del Consejo Mexicano de Empresas Funerarias y de la Procuraduría Federal del Consumidor, reveló que en México existe actualmente un ‘mercado negro’ de al menos tres mil locales, que no cuentan con la infraestructura especializada; ni cumplen con los protocolos para la atención de personas fallecidas por coronavirus (COVID-19); por lo que existe un riesgo de contagio.
De igual manera, las funerarias “hacen su agosto” en plena pandemia, ya que realizan cobros excesivos por su servicio para fallecidos de COVID-19. Debido a la contingencia, y saturación de estos establecimientos; algunas familias tienen que esperar hasta 48 horas, para la inhumación de su familiar.
Esto pese a que se trata de una instrucción federal de que el servicio de funerarias debe ser gratuito para las familias que no tiene recursos suficientes.
“Muchas las familias tienen que ver la manera de cómo saldar esa deuda, para que puedan inhumar a su familiar fallecido”, menciona el reporte de la Profeco.
Finalmente, destacó que las funerarias ofrecen en primera instancia un servicio con precio bajo y la promesa de que ellos se encargaran de todo,; pero después cobran ocho mil pesos más por realizar el trámite y se acumulan más costos; lo que termina endeudando a los familiares.