Grace golpeó en Tulum y se sintió hasta en Cancún

Foto: Elizabeth Ruiz/AFP

PLAYA DEL CARMEN.- El huracán Grace tocó tierra esta madrugada en el Caribe mexicano, y provocó un peligroso avance del agua sobre la costa.

El vórtice de Grace tocó tierra al sur de Tulum a las 4:45 horas, con vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora, según registros del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH).

Más tarde, Grace se debilitó hasta convertirse en una tormenta tropical y se espera que toque tierra por segunda vez en la costa continental de México a última hora del viernes, transformado nuevamente en huracán, informó el CNH en su último informe.

”Se prevé que Grace sea un huracán cuando toque tierra por segunda vez en la costa continental de México a última hora del viernes o a primera hora del sábado”, dijo el NHC, con sede en Miami.

Por la mañana de hoy, las calles de la localidad de Playa del Carmen -ubicada al norte del lugar en donde Grace tocó tierra-estaban llenas de ramas de árboles, colgaban cables del tendido eléctrico y ráfagas fuertes de viento desplegaban una lluvia punzante. Incluso, un carril de la ruta entre Playa del Carmen y Tulum quedó bloqueado por una señal de tránsito caída, y una estación de servicio se destruyó tras el desplome de uno de sus pabellones, dañando dos vehículos.

El gobernador del estado de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, dijo que la tormenta había dejado sin electricidad a unos 84,000 clientes en Cancún y 65,000 en Playa del Carmen, Cozumel, Puerto Aventura y Tulum. El funcionario abrió refugios y evacuó a turistas de algunos hoteles y a residentes, previo a la llegada del huracán. También, ordenó el cierre de todos los negocios y un toque de queda a partir de las 20 del miércoles, como prevención.

En la avenida principal de Tulum, turistas con impermeables de plástico caminaban entre charcos conforme los vientos se intensificaban. En la playa, la marea subía y la arena, empujada por el viento, molestaba a las personas que allí reposaban. Los negocios empezaron a tapiar las ventanas y se formaron extensas filas en los supermercados en busca de provisiones para los próximos días.

Algunos turistas se lamentaron por sus vacaciones arruinadas y otros se prepararon para pasar su primera experiencia con un huracán, en tanto soldados y marinos armados vigilan las calles de la ciudad.

Fuente: La Nación

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