LA HABANA.- La cantante cubana Juana Bacallao falleció la mañana de este sábado en La Habana a los 98 años, según informó el Ministerio de Cultura. Con la muerte de la artista, última sobreviviente de las grandes figuras musicales de la Cuba republicana, se pone punto final a una era de vedettes y lentejuelas.
La artista, que el comunicado define como “patriota y revolucionaria a toda prueba”, había sido internada esta semana en el Hospital Militar de la capital cubana por su “grave” estado de salud.
Este viernes, tras difundirse un rumor sobre su muerte, la prensa oficial desmintió que Bacallao hubiera fallecido, pero admitió que el pronóstico no era favorable. La cantante, nacida en 1925 con el nombre de Amelia Martínez Salazar, se hizo célebre por su figura extravagante y su adaptación burlesca de las canciones que interpretaba.
Discípula del compositor Obdulio Morales, Bacallao encontró su medio natural en los cabarés de la República, que su obituario oficial enumera: El Gato Tuerto, Sans Souci, Tropicana, Copa Room del Riviera, Parisién del Hotel Nacional, el Salón Rojo del Capri y Caribe, del Hotel Habana Libre.
Colaboró con varios artistas de renombre internacional, como Nat King Cole y Rafaella Carrá, pero también con estrellas nacionales como Bola de Nieve, Omara Portuondo, Elena Burke, Chano Pozo y Meme Solís.
Bacallao, que se presentó como cantante en los escenarios de Estados Unidos, Francia, México, Venezuela, República Dominicana y España, nunca gozó en Cuba de otro estatus oficial que el de “humorista”, por lo cual se le otorgó el Premio Nacional del Humor, no el de Música. Solo al final de su vida recibió la Distinción por la Cultura Nacional y la Medalla Alejo Carpentier, aunque era miembro activo de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
La artista provenía de una familia pobre y quedó huérfana en su niñez. Fue educada en un colegio de monjas oblatas y no recibió formación musical. Empleada de limpieza en casa de Obdulio Morales, fue el compositor quien impulsó inicialmente su carrera y escribió la guaracha que la hizo famosa, Yo soy Juana Bacallao, que acabaría siendo su nombre artístico.
Si bien no fue la figura significativa de la música cubana que quiso ser, sí marcó un hito en la forma cubana de hacer espectáculos y produjo un sinfín de anécdotas en la que su carácter volcánico, su guasa y su risa se llevaron el protagonismo. Lo mismo ha sucedido tras su muerte, cuando en las redes sociales han recordado su figura incluso con memes.
Fuente: 14yMedio