Ofelia, mamá del niño olvidado en un camión de Cancún, quiere demandar al chofer por exhibirla.

“Estoy molesta con el señor del autobús y lo voy a demandar”, señaló Ofelia, la madre del niño que se perdió en Cancún y cuya historia se hizo viral minutos después de que el chofer de la ruta 2 compartiera una foto en Facebook, lo que permitió encontrarlo.

El Día del Padre se dio a conocer la historia de Pepe, un niño que fue olvidado en un camión, que recorrió medio Cancún y que fue devuelto por el chofer hasta el hotel donde estaban sus padres, luego de que lograran identificarlo a través de su publicacion.

Ahora la historia dio un vuelco, pues la madre dijo que la situación se salió de control y que el principal afectado es su hijo e incluso pensaría en proceder legalmente.

Ofelia es originaria de Acapulco, Guerrero, y hace una semana se encontraba en Cancún junto a su marido, sus padres y cinco menores, entre hijos y sobrinos. Sus vidas cambiaron totalmente cuando la foto de su hijo llorando solo en el camión llegó hasta el colegio y comenzaron los señalamientos y juicios de usuarios de redes sociales. 

“No tenía derecho a publicar la foto de un menor de edad sin camisa, envuelto en una toalla y llorando, a partir de eso hay muchas especulaciones horribles sobre cosas que no pasaron”, dijo. 

El extravío narrado por Ofelia

Eran cerca de las 15:00 horas y Ofelia y los ocho miembros de su familia estaban cerca de la plaza La Isla, en el kilómetro 12.5 de la zona hotelera de Cancún. Se dirigían a su hotel, el Oasis Palm, que se ubica al bajar el puente Calinda en el kilómetro 4.5. 

Para no caminar ocho kilómetros decidieron pagar el transporte público, con un costo total de 108 pesos por las nueve personas, y como iba lleno se sentaron en lugares diferentes. Aquí comenzó la pesadilla.

Mientras el camión avanzaba en su recorrido, más gente se subía. Era la ruta Lakín, que pasa por las avenidas La Luna y Nichupté hasta el Chedraui Lakín. Es una de las rutas más largas. Al llegar a la zona de antros ya no quedó espacio. Había gente de pie en doble fila y la familia de Acapulco separada en su totalidad.

Al llegar a su destino, la familia de nueve integrantes tenía que bajarse, pero había tanta gente en el camión que tres adultos y cuatro niños se bajaron por la puerta trasera, mientras que Ofelia se bajó por la puerta de adelante. Pero Pepe había tomado su toalla de playa y para cubrirse del Sol se tapó la cara. Se había dormido.

Ofelia fue al lobby del hotel y por suerte el joven que estaba de recepcionista había trabajado en la empresa de transporte y fue quien alertó en un grupo de WhatsApp de choferes que el niño se había quedado en una unidad. Entonces comenzó su búsqueda.

Pepe se despertó después de la siesta y al darse cuenta de que el camión estaba casi vacío y no estaba su familia comezó a llorar. Es lo que haría un niño de siete años en esa situación.

Una usuaria del transporte notó el llanto y la desesperación de Pepe y le informó al chofer Julio César, quien no recordó dónde había subido al menor y dónde se había bajado su familia. Tomó la foto y la publicó, logrando ser contactado por el hotel y de ahí lo enlazaron al lobby donde hubo una comunicación directa con Ofelia.

Jamás hubo intervención de las autoridades, pues la situación se resolvió en cuestión de minutos por parte del chofer y los padres de Pepe. Según Ofelia, la fotografía que tomó ha puesto en peligro la identidad del niño, por lo que está buscando asesoría legal para demandarlo.

La fotografía se volvió viral y no tardó mucho tiempo en llegar a Acapulco y al colegio de Pepe en donde fue motivo de burla, además de que Ofelia fue cuestionada severamente por lo ocurrido.

Dentro de los comentarios señalaban que Pepe fue abusado y por eso lloraba y estaba en toalla, comentario que ha dolido mucho a la madre del niño, quien explicó que en Cancún es común subirse en el transporte público con el bañador y la toalla.

A pesar de la situación, Ofelia señaló que no lo considera una mala experiencia, pues es algo que le pudo pasar a cualquiera. Pepe está bien y la familia volvería a Cancún de vacaciones, pues no está peleada con la ciudad.

“Acepto lo que pasó, pero no que hayan lucrado con la imagen de mi hijo”, dijo.

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