Proselitistas legales e ilegales

Signos

Por Salvador Montenegro

No: a AMLO le ha venido muy bien que el INE le impidiera seguir hablando de Xóchitl. La exhibió en sus ruinas morales, disfraces ideológicos y patrocinios oligárquicos. Pero más allá de la frontera, la verdad se torna búmeran. Por eso el alto el fuego del INE es también un recurso a tiempo en favor de AMLO que desarma, sobre todo, a su pequeña enemiga, crecida bajo la artillería de él, por más que sus favoritos para sucederlo sean tan limitados de imagen y discurso propio, tan contrario su carisma al suyo para defenderse, y tan poco creativos para mostrar sus virtudes personales y para ofertar las aptitudes y compromisos sociales de Estado y con su jefe máximo, los que sí tienen.

Ahora la autoridad electoral censura al Presidente por acusar de corrupta a una aspirante en campaña a sucederlo desde la oposición, y lo sentencia a callarse contra ella y el entorno que representa, o a ser sancionado por actos proselitistas contrarios a la ley electoral.

Pero ¿qué ley y qué autoridad son esas que sancionan a unos y no a otros protagonistas políticos por hacer declaraciones y proselitismo fuera del tiempo electoral para hacerlo, cuando todo el mundo sabe que hay unos aspirantes a candidatos presidenciales en campaña para serlo, al mismo tiempo que también la autoridad electoral determina que dichos personajes no están en campaña para eso ni tampoco hacen propaganda fuera del tiempo electoral, mientras no parezca que lo hacen y tan sólo se exhiban como no aspirantes a candidatos presidenciales no identificándose como tales ni abriendo la boca más de la cuenta en sus presentaciones públicas ni más allá de sus visibles simpatizantes y debidamente sectorizados correligionarios?

Pues sí, ese invento rupestre de leyes y autoridades tan impertinentes y disparatadas define la naturaleza democrática de México.

SM

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