Signos
Por Salvador Montenegro
Apenas anuncia el Presidente que no ha endeudado ni endeudará al país -uno de los factores a los que atribuye el éxito de su política de infraestructura, bienestar social y reducción de la pobreza y la desigualdad- y en algunas entidades gobernadas por su partido se sigue haciendo todo lo contrario o lo mismo que hicieron los gobernantes corruptos de los partidos ahora opositores que los antecedieron: refinanciar deudas, con la complicidad legislativa, para lucrar con ellas y realizar acciones públicas residuales y sobre todo con cargo a las participaciones federales, e incrementar al infinito el volumen crediticio insolvente para que las gestiones gubernamentales sucesorias repitan los mismos vicios con las mismas consecuencias de insostenible déficit fiscal (censurable donde la inversión turística e inmobiliaria, pese a sus depredadores saldos ambientales, se festina tanto, y las contribuciones hacendarias debían ser, por eso mismo, superavitarias), de dependencia federalista, y de ingobernabilidad, inseguridad, caos y parálisis institucional.
SM