
Signos
El modus operandi de ‘la barredora verde’ impuesta por el Niño Verde, dueño del Partido Verde, Jorge Emilio González Martínez, en el Estado de Quintana Roo, y que controla los Gobiernos estatal y municipales, la Fiscalía, el Poder Judicial y las Policías locales con cargo al partido morenista presidencial de color guinda, es el mismo y con la misma dirigencia operativa inaugurado en el Gobierno estatal verde del ahora Senador, Manuel Velasco; y aunque con la diferencia de que quien controlaba ese sistema en el Gobierno estatal del también Senador (líder de la Mayoría y Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado), Adán Augusto López, ahora está prófugo, es de la misma depredadora especie del de Tabasco.
Pero afirma la Presidenta Sheinbaum que ella no se apartará en absoluto del legado de convicciones, enseñanzas e intereses de su mentor y fundador de la causa y el partido de la renovación moral y la Regeneración Nacional, a quien le debe la Jefatura del Estado mexicano y los índices históricos de popularidad, blindados y garantizados, como los éxitos electorales de la mayoría de sus candidatos, por los bonos constitucionalizados del Bienestar, repartidos de manera directa entre los grandes sectores populares por la justicia social obradorista.
De modo que por rufianes que sean y por factores capitales del crimen organizado que cada día exhiban, más y más y con mayor claridad y sin ocultamientos, su perfil de jefes o de cómplices y generadores mismos de violencia y de negocios y de toda suerte de actividades ilícitas y lucrativas propias de las bandas criminales y respaldadas por el fuero de la autoridad (es decir, por ellos mismos); por punibles y extraditables y carne probada de prisión que debieran ser, entonces, los grupos políticos, los gobernantes, sus funcionarios de Seguridad y sus títeres representativos de Poderes ‘autónomos’ como el (inerte e inútil) Legislativo y el Judicial (con o sin reforma, la que sólo legitima constitucionalmente las imposiciones políticas en él) contarán, todos, por el simple sello heredado del obradorismo (sea de su militancia cierta o camuflada o aliada) con que deberían ser colgados del gancho de la justicia; contarán, sin más, con el amparo protector de la impunidad presidencial.
SM