Turista se cercena el dedo al manejar una moto acuático.

ISLA MUJERES, 4 de enero.- La permisividad de las autoridades marítimas de Isla Mujeres, que se hacen de la vista gorda con las motos acuáticas pese a estar prohibidas en la zona, provocó que un turista de origen nacional perdiera un dedo del pie derecho, cercenado por uno de estos vehículos que es rentado de manera irregular en Playa Norte.

El accidente se registró el pasado domingo, último día oficial de las vacaciones navideñas, cuando el visitante nacional Alejandro D.H. de 68 años de edad, originario del estado de Hidalgo, intentaba pasar de su embarcación a la moto acuática, que previamente le habían rentado de forma irregular.

Trascendió que la persona que ofrece estas motos acuáticas en renta en Playa Norte, sin contar con ningún tipo de permisos, convenció al turista para alquilar la unidad, pero al intentar el señor Alejandro subirse a la moto acuática, la marejada provocó que el artefacto impactase contra la quilla de la embarcación, aplastando uno los dedos de su extremidad inferior derecha.

La lesión fue tan grave que, del golpe entre la embarcación y la moto acuática, el cliente perdió el dedo meñique del pie y otro dedo más sufrió daños de consideración.

El hombre fue trasladado hasta la orilla de la playa, mientras que el responsable de la moto acuática logró darse a la fuga sin que ninguna autoridad hiciera algo al respecto.

Lo grave es que desde hace al menos dos años se ha denunciado de manera reiterada el desorden que impera en Playa Norte, con decenas de embarcaciones fondeadas excesivamente cerca de la orilla que contaminan auditivamente a causa del elevado volumen de su música y la presencia de motos acuáticas, que no están permitidas en la jurisdicción de Isla Mujeres, sin que ni Capitanía de Puerto ni la SEMAR hayan tomado cartas en el asunto.

Por lo pronto, la omisión de las autoridades competentes propicia que las personas que rentan motos acuáticas de manera irregular pongan en riesgo a los bañistas, en virtud que hasta el momento no se ha repuesto el rosario de boyas que delimita el área de nado, motivo por el que los turistas que disfrutan de las cristalinas aguas corren un peligro latente.

Merece la pena mencionar que el pasado primero de enero la tragedia enlutó a una familia que disfrutaba de un paseo en lancha, al fallecer una menor de cinco años tras hundirse la embarcación “Camelia la texana”, en la que viajaban 20 pasajeros y dos tripulantes, que había zarpado desde la marina Pachos, en Puerto Juárez, sin ningún tipo de supervisión por parte de la autoridad portuaria e inclusive se maneja la versión que el capitán de la lancha no tenía libreta de mar.

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