En su primer año de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el denominado “Pacto Oaxaca”, con el que, aseguró, se romperá la brecha que existe entre los Estados del Norte y el Sur, recordando que décadas de Gobiernos neoliberales centraron casi todas las inversiones en las entidades vecinas de los Estados Unidos. De esta manera, convocó a los gobernadores Alejando Murat, de Oaxaca; Carlos Miguel Aysa, de Campeche; Rutilio Escandón, de Chiapas; Héctor Astudillo, de Guerrero; Luis Miguel Barbosa, de Puebla; Carlos Joaquín González, de Quintana Roo; Adán Augusto López, de Tabasco; Cuitláhuac García, de Veracruz, y Mauricio Vila Dosal, de Yucatán, a firmar un acuerdo que permita hacer del sur una región más próspera, mediante 36 proyectos que estarían centrados en cuatro pilares: el apoyo a los microempresarios, los proyectos estratégicos, los incentivos fiscales a inversionistas, y la atracción de inversiones. A Quintana Roo le corresponden tres proyectos, con un monto global de más de 4 mil 700 millones de pesos. Sin embargo, dos de ellos, la Central de Abastos y el Parque Industrial y Recinto Fiscalizado, en Chetumal, permanecen semiparalizados por la nula capacidad de las autoridades estatales para concretar negocios y conseguir los títulos de los predios en donde están asentados, por lo que corren el riesgo de convertirse en sendos ‘elefantes blancos’.
Javier Ramírez
En agosto de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó junto con nueve gobernadores del sureste del país y representantes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) el llamado “Pacto Oaxaca. Hacia un Sur-Sureste del futuro”, con el objetivo de detonar económicamente a esta región del país, que anteriores administraciones mantuvieron en el olvido.
Entre las entidades beneficiadas se encuentra Quintana Roo, con tres proyectos clave para posicionar al sur, específicamente a la capital, Chetumal, como un lugar atractivo para las inversiones: el dragado y modernización de la Bahía, el Parque Industrial y Recinto Fiscalizado, y la Central de Abastos.
Estos tres proyectos, junto con el resto de los establecidos en el Programa de Reactivación Económica para la Capital del Estado, impulsado por la Secretaría de Desarrollo Económico (Sede), abrirían a Chetumal a un nuevo mercado para el sector industrial, las empresas de tecnología y el comercio exterior, lo que finalmente diversificaría su economía, fomentaría el empleo y elevaría los niveles de bienestar y de calidad de vida de la población, un propósito siempre argumentado en la demagogia gobernante, siempre apuntado en los programas de mandato de los candidatos al poder estatal, y jamás acometido como la iniciativa esencial para el desarrollo equilibrado y necesario de la entidad caribe, para la desconcentración y la diversificación regional y sectorial del crecimiento unívoco y ya enfermizo y destructivo del norte, para el aprovechamiento de las múltiples ventajas estratégicas del entorno sureño fronterizo, y para asumir, en definitiva y de una vez por todas, la pérdida de oportunidades que ha sido el irresponsable abandono eterno del territorio sureño (o la apuesta absurda por el congestionamiento inversor y unisectorial extremo en la zona norte, la que ha significado más descomposición social y violencia incontrolable, que rentabilidad fiscal suficiente para impedir el rezago, la marginalidad, la desigualdad, la ruina urbana y el deterioro ecológico y ambiental progresivo de esos ámbitos condenados a la devastación y a la explotación empresarial utilitaria y nociva, cuando su fragilidad y su naturaleza biótica únicas han precisado límites y controles determinantes contra su expansionismo letal).
El sur -su impulso inversor, diversificado, equilibrado y sustentable- tendría que ser el cometido prioritario de todo aspirante a la representación política y la defensa de los intereses del Estado. Porque sin equilibrio y armonía en el crecimiento económico y poblacional, el caos y la inviabilidad serán el destino final de una entidad que ha sido sacrificada por la polaridad y el facilismo equívoco de la explotación turística en el norte como única fuente de sustentación fiscal.
Impulso para la capital
El Pacto Oaxaca está conformado por una cartera de 36 proyectos, divididos en seis sectores: Agua y Medio Ambiente, Energía, Telecomunicaciones, Turismo, Urbanización y Comunicaciones y Transportes, siendo este último el más beneficiado, con un total de 25. El monto total de dichos proyectos es de 69 mil 707.52 millones de pesos.
A Quintana Roo le corresponden tres de estos proyectos, dentro de los rubros de Turismo y Urbanización.
El primero de ellos es el denominado “Desarrollo turístico sustentable en Bahía de Chetumal (Marina)”, con un monto de 2 mil millones de pesos, y consiste en el aumento de profundidad y ampliación del Canal de Zaragoza para obtener un paso marítimo con una longitud de 6.3 kilómetros, lo que permitiría el paso hacia la Bahía de Chetumal de embarcaciones recreativas turísticas, beneficiando el desarrollo de la pesca deportiva y la prestación de servicios y avituallamiento de estas naves. Asimismo, fortalecería el intercambio comercial con San Pedro, Belice.
Los trabajos iniciaron en noviembre de 2019, aunque se suspendieron alrededor de cuatro meses debido a la pandemia de covid-19.
Y además del dragado del canal, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público eroga 8.2 millones de pesos en los estudios técnicos y ambientales para la rehabilitación de 17.4 kilómetros de malecón del Bulevar Bahía de Chetumal, los cuales comenzaron el pasado 1 de febrero y finalizarán el 30 de septiembre próximo.
El segundo proyecto pertenece al sector Urbanización y se trata de la primera etapa del Parque Industrial y Recinto Fiscalizado de Chetumal (con 22 hectáreas), ubicado en el kilómetro 5.5 de la carretera Chetumal-Bacalar, con una inversión de 786 millones de pesos.
Iniciado en la primera mitad de 2019, el Parque Industrial es un proyecto que tenía más de 20 años sin concretarse, pese a que diversas administraciones invirtieron 65 millones de pesos en él. Ahora, con una inversión de mil 300 millones de pesos y más de 300 hectáreas, se apostó por construir, en su primera etapa, cuatro naves industriales que darían cabida a unas 25 empresas manufactureras y del ramo de la construcción, además de que tendría otras 66 instalaciones para micros, pequeñas y medianas empresas, dos zonas de Recinto Fiscalizado Estratégico, 16 naves de industria ligera, zonas comerciales y espacios para exposición de productos. Con ello, se generarían en total más de 16 mil empleos.
Sin embargo, hasta el momento no se ha concretado la instalación de ninguna de las decenas de empresas que su principal promotora, la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico del Estado, Rosa Elena Lozano Vázquez, planeó que llegarían.
El tercer y último proyecto, también del sector Urbanización y que cuenta con un presupuesto de 2 mil millones de pesos, es la Central de Abastos de Chetumal, ubicada en un área de 34.5 hectáreas de la zona ejidal de Santa Elena. De acuerdo con las autoridades, sería un espacio para que los productores locales ofrezcan sus cosechas, en bruto o procesadas, con el distintivo de la marca “Hecho en Quintana Roo”.
En su primera etapa ya habían sido invertidos 9 millones de pesos, en recursos federales y estatales. En junio del año pasado se develó una placa en las oficinas de comercialización y lo último que se supo, a finales de noviembre pasado, es que el proyecto avanzaba con lentitud debido a que las autoridades no habían podido conseguir la titulación de las 10 hectáreas correspondientes a la zona de Pino Suárez, un proceso que data de 2014.
La Sede, sin avances
En las últimas semanas, la Secretaría de Desarrollo Económico (Sede) ha tenido reuniones tanto con las autoridades del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, como con empresarios y catedráticos, para presentarles el Plan de Reactivación Económica para la Capital del Estado.
Sin embargo, este plan, que busca incrementar la derrama económica del turismo y la capacidad de exportación hacia los países de América Central y el Caribe, ya engloba a los proyectos del Pacto Oaxaca: la ampliación del Boulevard Subteniente López, el Andador Punta Estrella, la Plaza Bicentenario, la playa artificial “Dos mulas”, el Corredor Turístico Comercial de Calderitas -todos ellos prácticamente parte del Desarrollo Turístico Sustentable en Bahía de Chetumal (Marina)-, la Central de Abastos de Chetumal y el Parque Industrial con Recinto Fiscalizado Estratégico de Quintana Roo. El único realmente nuevo es el denominado “Cercado publicitario del Aeropuerto Internacional de Chetumal”.
La Sede no ha dado a conocer los montos que se destinarían a todos estos proyectos. Su página web tampoco brinda información al respecto, al grado de que mantiene inhabilitada las subsecciones relacionadas con la Zona Libre Chetumal y la Central de Abastos.