En 2018 Mara Lezama avaló desde contratos leoninos de recoja de basura hasta apertura de casinos en Cancún…
La cosa pública
Por José Hugo Trejo
Desde 2016 María Hermelinda Lezama Espinosa, presidenta municipal de Benito Juárez, dejó patente su menosprecio por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y los principios que este enarbola, al abandonar la campaña por la presidencia municipal en aquel entonces pretextando temor a presuntas amenazas recibidas. Sin embargo, en el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador la continuaron viendo como una opción válida para buscar gobernar con ella al Municipio turístico más importante de México, lo que lograron en 2018.
Al inicio de su primera gestión en el gobierno municipal benitojuarense, en 2018, Mara Lezama, como se hace llamar la alcaldesa cancunense, sus aspiraciones no tenían en cuenta la gubernatura del Estado y por eso en varias ocasiones dejó patente de manera pública que ella no era militante del morenismo, que era una candidata ciudadana postulada por Morena, pero nada más. Por eso su actuación inmediata como presidenta municipal de Benito Juárez se alejó del proyecto de la 4T.
De ahí que Mara Lezama sin ningún rubor político o ideológico, y mucho menos moral, avaló el leonino contrato de concesión de los servicios de recoja de basura a Inteligencia México, empresa del expresidente municipal de Benito Juárez Carlos Canabal Ruiz quien fue su principal financiero y asesor durante su campaña de 2018 y en los primeros meses de gobierno municipal.
En esos primeros tres meses de gobierno en 2018, la administración de Mara Lezama también dispuso de más de 157 millones de pesos que entraron a las arcas municipales como ingresos excedentes y que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación se esfumaron de las cuentas municipales sin justificación alguna.
Esas son algunas de las rayas con que comenzó a pintarse el tigre de la corrupción en el que se convirtió el gobierno de Mara Lezama en Benito Juárez.
Esos fueron los primeros pasos furtivos de alejamiento de Mara Lezama con el proyecto lopezobradorista; pasos que siguió dando en esos meses de gobierno que le retribuyeron pingües ganancias con las que dio fin a la incertidumbre económica de su familia por muchos años.
Destaca entre esas acciones del gobierno inicial de Mara Lezama, por la contradicción directa que representa con los dichos y las instrucciones giradas por el presidente López Obrador, el aval que dio en noviembre de 2018 para la operación de un casino en Plaza la Isla.
Mara Lezama, aprovechó los dos primeros meses de su gobierno que coincidieron con los dos últimos meses de la administración de Enrique Peña Nieto, para dar el aval municipal para que la Secretaría de Gobernación del agonizante gobierno peñista autorizara la operación del casino Macao. Sin embargo, para tal acción que contradijo los principios de la 4T, la presidenta municipal no consultó a su Cabildo ni justificó ante nadie lo que hizo, como ha venido ocurriendo con muchas otras acciones y omisiones a la norma de las que se ha servido y ha sacado jugoso provecho.
El empoderamiento económico adquirido y la terquedad de la dirigencia nacional de un partido político como Morena en seguir creyendo en su impostura, le dieron a Mara Lezama la oportunidad de la reelección, con la que se le avivó, entonces sí, la aspiración y la ambición de llegar a ser la candidata a la gubernatura de Quintana Roo.
Sin embargo, su pasado y el tigre de la corrupción, que ya se asemeja a una pantera, la están alcanzando en la recta final de su corta pero exitosa incursión en la política y la administración pública municipal…