CIUDAD DE MÉXICO.- Una investigación conjunta, que arrancó en abril de 2017, en la que participaron más de 300 científicos de al menos cinco países, entre ellos México, con una red de ocho observatorios denominado Horizonte de Eventos, mostró la primera imagen de un agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, denominado Sagitario A*, con un tamaño de 4 millones de masas solares y a una distancia de 27 mil años luz de nuestro planeta.
Se trata de un anillo brillante y dentro una región oscura que, gracias a que está dentro de nuestra galaxia, pudo conocerse su tamaño y la distancia a la que se encuentra.
El anuncio fue hecho de manera simultánea en la Ciudad de México, Washington, Múnich, Santiago de Chile, Tokio y Madrid. Aquí, la conferencia de prensa la encabezó la titular del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, junto a académicos del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM y la Universidad de Frankfurt.
“Realmente emocionante estar presenciando un avance en el conocimiento de esta naturaleza en donde nos podemos asomar a esta orilla del universo, al ombligo de nuestra propia galaxia, descubrir, estudiar el comportamiento de la materia y comprobar la teoría general de la relatividad de Albert Einstein”, indicó.
En tanto, David Hugues, director del Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano” (GTM), que se ubica en la sierra negra de Puebla, destacó la importancia de estas instalaciones mexicanas en el desarrollo de ciencia y en particular con este aporte a nivel mundial.
“Con un reflector primario de 50 metros de diámetro, el GTM es el radio telescopio de patio único más grande del mundo, diseñado, construido y optimizado para realizar observaciones en una longitud de onda de un milímetro, además de la sensibilidad que el GTM brinda al telescopio de horizonte de eventos su ubicación geográfica en México que se encuentra en la parte central de la red global permite que las observaciones hagan una aporte importante a la calidad de las imágenes finales de los agujeros negros supermasivos”, dijo.
De acuerdo con lo que explicó la investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, la doctora Gisela Ortiz León, el observatorio mexicano, junto a los otros siete observatorios en otras partes de la tierra, ubicaron sus antenas hacia el mismo objetivo y se sincronizaron con relojes atómicos para capturar este hoyo negro en el mismo instante en el corazón de la galaxia.
“Los científicos que colaboraron han invertido muchos años para desarrollar nuevos algoritmos computacionales que precisamente permite combinar los pares de antenas de tal manera que nos produzcan una imagen de la fuente que estamos mostrando que en este caso es Sagitario A*.