Crystal Weinstock, de Texas, se realizó microblading y quedó devastada con el resultado, pues sus cejas quedaron muy gruesas y a los pocos días su rostro se hinchó y comenzó a presentar dolor.
La mujer pagó 340 dólares, casi siete mil pesos mexicanos, por la técnica de nanopigmentación, para que el pigmento le durara, ya que en sesiones pasadas no se adhería a su piel.
Dijo que la dueña del establecimiento le aseguró que se “verían mucho mejor” al desinflamar. Sin embargo, expuso su caso en redes para alertar a más mujeres.
Erica Kovitz, de California, se ofreció a arreglárselas de forma gratuita, por lo que Crystal pidió donaciones para viajar y realizarse el tratamiento, del cual se dijo contenta y agradecida. Regresará en ocho semanas para continuar el proceso.
“Los fondos de último minuto que llegaron me permitieron reservar un vuelo para el día siguiente. Tendré que volver en 8 semanas y hacer otra ronda de tratamiento invertido. Va a ser un largo camino para corregir este desastroso error pero teniendo tantas personas que han sido tan amables y cariñosas… y eso es lo que me mantiene en marcha”, compartió en redes. Está en la lista de “las peores cejas”, en Houston.