CIUDAD VICTORIA.- Cinthya, hija del periodista Antonio de la Cruz, murió este viernes, tras resultar lesionada en el ataque directo que también le costó la vida a su padre.
El gobernador Francisco Cabeza de Vaca confirmó el deceso y afirmó que los médicos hicieron lo posible por salvarle la vida y afirmó que no quedará impune.
Al mediodía de este viernes, los restos del reportero Antonio de la Cruz, fueron llevados al panteón por su familia y amigos, después de realizarse una misa de cuerpo presente.
Una hora más tarde, su hija Cinthya de la Cruz, de 23 años murió ante la bala que recibió en la cabeza.
Poco antes de las 10:00 horas, la carroza salió de la funeraria y tuvo como destino la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada frente a la plaza del palacio de gobierno del estado de Tamaulipas.
La misa fue presidida por el Padre Vicario Gustavo Montoya Rico y dentro de una plegaria pidió fuerza para la familia y amigos.
Antonio fue baleado junto con su hija Cinthya de 23 años, la mañana del miércoles en las afueras de su domicilio en el fraccionamiento Puerta de Tamatán en Ciudad Victoria.
A las 13:00 horas sus restos fueron llevados al camposanto Jardines Del Cielo, localizados en el kilómetro 9+500 de la carretera a Matamoros, al norte de la ciudad.
Arturo Rosas Herrera, reportero y uno de los más cercanos a Antonio de la Cruz, envió un emotivo mensaje tanto de él como de las dos hijas y esposa del ahora fallecido.
Destacó las cualidades de Antonio, una de las más importantes es que su prioridad eran sus tres hijas y esposa.
Apenas una hora de su entierro, Cinthya, su hija, falleció en el Hospital General.
La bala que recibió en el cráneo causó severos estragos que la mantuvieron por espacio de 48 horas luchando por su vida.
Por su parte, personal de México perteneciente a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión y dependiente de la FGR se encuentran realizando entrevistas y demás indagatorias para poder obtener mayor información que pueda llevarlos a esclarecer los hechos.
Fuente: Excélsior