Lo que parecía un día más en el trabajo se convirtió en un baño de sangre en la taquería “Gaby”,ubicada en la Región 248 de Cancún, luego de que un sicario irrumpiera por la puerta trasera y abriera fuego contras los empleados, dejando el saldo de dos muertos, entre ellos un menor de edad y una persona más herida.
Como ya te habíamos informado, la madrugada de este domingo, el C-5 recibió varias llamadas que alertaban sobre detonaciones por arma de fuego al interior de un negocio sobre la avenida Kabah con Arco Vial.
Por ello, elementos de la Policía de Quintana Roo arribaron al lugar para auxiliar a tres jóvenes que se encontraban gravemente heridos, ante la situación los uniformados solicitaron el arribo de varias ambulancias.
Pero Eduardo “N”, de 21 años de edad, fue trasladado por sus propios medios al Hospital General y su estado de salud se reporta como delicado, tras haber ingresado con una herida de proyectil en el dedo anular izquierdo, dos en el antebrazo izquierdo, otro en el brazo del mismo lado y uno más en el pectoral izquierdo.
Minutos más tarde, una ambulancia arribó al negocio, sin embargo, cuando paramédicos valoraron a las dos víctimas restantes, confirmaron que ya no contaba con signos vitales.
Luego de unas horas familiares de los ahora occisos reconocieron los cuerpos.
El primero es Santiago Geovanny “N” de 19 años de edad, quien recibió dos impactos de bala, una a la altura del pectoral izquierdo y otro en el hombro derecho. Vestía una bermuda gris, sport y chanclas de color negro.
El segundo fue identificado como Josías Gerardo “N” de tan solo 16 años de edad, originario de la Ciudad de México. Él recibió cinco heridas por proyectil de arma de fuego, uno en el abdomen, dos en el antebrazo izquierdo, otro a la altura de la axila del mismo lado y el último en la espalda.
Según la información, el ataque se presenció cuando los empleados se encontraban realizando la limpieza del local.
Se destacó también que el dueño de la taquería ya había sido amenazado por criminales sobre el cobro de derecho de piso, pero el propietario se negó a pagar y continuó abriendo sus puertas.