La última palabra
Por Jorge A. Martínez Lugo
- • España hace unas semanas hizo lo propio con Vox y el año pasado Polonia también detuvo el embate de extrema derecha.
- • Europa rechaza el riesgo de una aventura ultra, en la que Argentina está inmersa con resultados desastrosos para los argentinos.
Las elecciones de este domingo 7 de julio en Francia acapararon la atención en los últimos días, después que en la primera vuelta ganó el partido de ultraderecha Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen.
Sin embargo, en la segunda vuelta ganó el bloque de izquierda representada por el Nuevo Frente Popular; en segundo lugar quedó el partido Juntos, del gobernante Emmanuel Macron; y la ultraderecha se fue hasta el tercer lugar, en unas elecciones cardíacas.
Con estos resultados, dos de los países más grandes de Europa, Francia y hace unos días Inglaterra, frenaron el avance de la extrema derecha, que ya había registrado un freno en España hace unas semanas, con el triunfo del PSOE en Barcelona y la disminución de legisladores del partido Vox en el legislativo español.
A finales del año pasado, en Polonia igual se dio un golpe a la ultraderecha, que venía creciendo en toda Europa.
La derrota de Macron en Francia se vio mitigada por haber impedido el avance de la extrema derecha, pero ahora tendrá que cohabitar con la izquierda, que retorna al poder después de más de una década de gobiernos neoliberales, lo mismo que en Reino Unido.
LA DERROTA DEL MODELO NEOLIBERAL
Estos resultados refrendan la derrota del modelo neoliberal en el mundo, el cual afectaba no solo a los países periféricos, sino a las mismas potencias de Europa, cuyos nuevos gobiernos de izquierda tienen el reto de “recomponer” o “restaurar” el desastre económico neoliberal y rescatar sus sistemas públicos de salud, educación, infraestructura, energía barata y seguridad.
¿Le suena, estimado lector?
Es el mismo modelo que fue derrotado en México en 2018 y que en Argentina, al contrario, están profundizando con el sistema “libertario” de Milei, que está llevando al barranco a los argentinos de manera acelerada, al grado que muchos dudan que termine su gobierno para el que fue electo. Sin embargo, usted tiene la última palabra.