(Chetumal, 17 de agosto) Hoy su hijo cumpliría 26 años. Pero en el 2011 un grupo de personas afines al entonces gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, terminaron con su joven vida en la ciudad Valladolid.
En ese entonces las autoridades declararon (en tiempo récord de 12 horas) que el muchacho había cometido suicidio, a pesar de que se presentaron varias pruebas que demostraban que en realidad fue ejecutado.
Pero su caso se cerró demasiado rápido, impidiendo nuevas líneas de investigación.
Su padre, don Mario Castillo Castillo, ha exigido justicia desde entonces. Pero su condición humilde y falta de influencias ha ocasionado que le cierren las puertas una y otra vez.
Este fin de semana decidió tomar su bicicleta y recorrer más de 1419 kilómetros desde Chetumal hasta la Ciudad de México, para solicitar una audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador a fin de que pongan atención a su caso.
Se espera que llegue dentro de dos semanas. Mientras tanto, su primer objetivo lo ha logrado: que la sociedad voltee a ver su caso.