Signos
Sí, la democratización electorera del Poder Judicial de Quintana Roo, como la de todos en las entidades y del Poder Judicial de la Federación, será peor a la de la reforma democrática de también todas las Fiscalías y al nombramiento de sus titulares por el dedo del Presidente, en el caso federal, y de los Gobernadores en los Estados, con el mayoriteo vergonzante de sus criados legislativos. Y será un legado obradorista más envilecido aún que el de la cobarde complacencia que tuvo el ahora exPresidente -que no es otra cosa que complicidad- con la industria del crimen organizado en todas sus salvajes variables de administración del miedo y en su poder de sometimiento de casi todas las autoridades políticas, jurisdiccionales y de seguridad del país entero. El combate al nepotismo tan predicado por Claudia y celebrado de dientes para afuera por los principales caciques de su partido (empezando por la Presidenta del mismo, su Secretario de Organización, los líderes parlamentarios federales y estatales, y todos los Gobernadores, Alcaldes, Fiscales y serviles Ministros Presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia, todos rodeados de parasitarios vividores del erario y el poder público como familiares, amigos e incondicionales a su merced) será un cuento chino más de la demagoga regeneración moral ‘cuatroteísta’ y tendrá algunas de sus realizaciones más plenas, por ejemplo, en la farsa depurativa de sistemas de Justicia como el quintanarroense, donde los titulares de los tres Poderes republicanos locales unidos se han confabulado, como obedientes soldados de la misma causa que son, con los emisarios gubernamentales del Niño Verde en el órgano de control del Consejo Electoral del Estado, para que los candidatos morenistas más fieles y representantes de sus intereses sean los que puedan ser elegidos por los dos o tres electores ‘acarreados’ o aferrados idólatras del obradorismo, que acudan a sufragar por ellos.
SM