Sudáfrica inyecta material radiactivo en cuernos de rinoceronte para frenar la caza furtiva

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CIUDAD DEL CABO.- En un intento por frenar la caza furtiva que ha diezmado la población mundial de rinocerontes, la Universidad de Witwatersrand lanzó este jueves una campaña pionera que consiste en inyectar isótopos radiactivos en los cuernos de estos animales, en un procedimiento que, aseguran los científicos, es inocuo para los rinocerontes y altamente efectivo para detectar el tráfico ilegal en aduanas y fronteras.

La iniciativa, denominada Proyecto Rhisotope, es resultado de una colaboración entre la universidad, autoridades de energía nuclear y conservacionistas sudafricanos. En esta primera etapa, cinco rinocerontes fueron tratados, con miras a una eventual expansión masiva hacia más ejemplares en peligro de extinción.

Seguridad comprobada y detección garantizada

El director científico del proyecto, James Larkin, explicó que los ensayos previos realizados con una veintena de rinocerontes demostraron que el proceso no causa daño a los animales y permite que los cuernos sean detectables por los sistemas internacionales de monitoreo radiológico, como los que existen en aeropuertos, puertos y pasos fronterizos.

“Hemos demostrado, más allá de toda duda científica, que el proceso es completamente seguro para el animal y efectivo para hacer que el cuerno sea detectable a través de los sistemas de aduanas internacionales”, señaló Larkin.

Además, estudios indicaron que incluso bajas dosis de isótopos fueron suficientes para activar los detectores de radiación, y que la señal es capaz de ser identificada incluso dentro de contenedores marítimos de hasta 40 pies.

La caza furtiva, una crisis persistente

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la población global de rinocerontes era de apenas 500 ejemplares a inicios del siglo XX, y aunque ha crecido hasta alcanzar alrededor de 27 mil en la actualidad, la caza furtiva sigue siendo una amenaza letal.

Sudáfrica alberga cerca de 16 mil rinocerontes, la mayor población del mundo, pero alrededor de 500 son asesinados cada año por sus cuernos, codiciados en el mercado negro para su uso en medicina tradicional o como símbolo de estatus.

Las autoridades del proyecto instaron a propietarios públicos y privados de rinocerontes, así como a organizaciones de conservación, a sumarse a esta estrategia innovadora y solicitar la inyección de sus animales como parte de una respuesta global al tráfico ilegal de fauna silvestre.

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