
Signos
La estridente abyección aduladora de algunos gobernantes a los pies de la Presidenta de la República de la regeneración moral -como durante su gira de promoción por el país tras su Primer Informe de Gobierno- ¿marca alguna diferencia con la de la vulgaridad del súbdito arrodillamiento de los días del presidencialismo de la corrupción tricolor?
Acaso la vileza política sea más expresiva ahora, cuando ese enanismo se exhibe como humanista y de corazón feminista.
Y acaso si en Chetumal y el sur quintanarroense se sigue votando por el obradorismo criminal del Niño Verde sea como seguir eligiendo a Carlos Joaquín cual la verdadera alternativa de la transformación regional.
SM