Contra el verdemorenismo corrupto en el poder

Signos

Viene, o toca que venga, el despliegue de las prioridades, anunciadas o sabidas, de la encomienda presidencial claudista. Cerrar las burocracias onerosas, por ejemplo (como las anticorrupción denominadas ‘autónomas’), duplicadoras de funciones y legitimadoras de esa corrupción que refieren combatir; cerrarlas, para reducir el gasto y racionalizar el déficit. Y en la campaña general contra la violencia, la inseguridad y las transgresiones constitucionales, restar la tolerancia al verdemorenismo oportunista y promotor de la impunidad y el crimen (como en Sinaloa, Tamaulipas y otras entidades muy identificables y visitadas como primera encomienda presidencial por el equipo civil y militar anticrimen de Harfuch, donde Municipios y territorios son controlados por el ‘narco’), investigando Fiscalías y Fiscales a modo de gobernantes y bandas delictivas, y transformando el proceder ético e institucional de policías e investigadores ministeriales federales y locales. Deslindarse con sensibilidad y sabiduría de mandatarios y liderazgos perniciosos, fortalecidos a la sombra de las conveniencias y los afectos del ahora exPresidente Andrés Manuel, salvando las lealtades ideológicas y personales en torno suyo pero sin dejar de hacer saber a ciencia cierta que los corruptos y abusivos verdemorenistas -como los del entorno de González Martínez, alias el Niño Verde- serán fiscalizados con todo el rigor del poder político superior y de la ley, y puestos en la mira de la Justicia sin perdón ninguno de sus actos y relaciones punibles.

Entre las principales tareas, claro está. 

SM

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