Para muchos padres de familia, el regreso a clases implica una serie de gastos en útiles escolares, uniformes, pago de inscripción y en algunos casos, las famosas cuotas voluntarias, mismas que en la mayoría de las escuelas de Quintana Roo siguen siendo solicitadas.
Estas aportaciones son solicitadas y gestionadas por el comité de padres de familia de cada plantel y están dirigidas tanto al mantenimiento como a la atención de las aulas educativas de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes estudiantes de las escuelas del sector público en el estado.
Sin embargo, el pago de las cuotas no puede ser una limitante en la educación, pues de acuerdo al artículo 6 de la Ley General de Educación, tanto las donaciones o cuotas voluntarias que se soliciten en las escuelas, en ningún caso se entenderán como contraprestaciones del servicio educativo.
Cuotas escolares no son obligatorias
La postura de la Secretaría de Educación Pública de Quintana Roo, respecto a las aportaciones voluntarias, no pueden ser condicionantes de inscripción del alumnado, ni de su permanencia en las aulas educativas.
“No pueden tener un carácter obligatorio ya que de acuerdo al artículo 3ro constitucional del derecho de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tienen el derecho a una educación gratuita, laica y obligatoria…si el padre de familia no tiene para pagar, es obligación del comité de padres de familia tener las flexibilidad necesaria para encontrar opciones con las que los padres pudieran contribuir”, explica Carlos Gorocica subsecretario de atención a la educación en la Zona Norte de Quintana Roo.
Según la autoridad educativa, en las últimas semanas se reportaron 7 denuncias de esta situación, mismas que fueron solucionadas a través de un diálogo efectivo en donde ambas partes pudieran verse beneficiadas, pero sobre todo salvaguardando el derecho a la educación.
“Al final del día no es una indicación que sea impuesta por el director o directora del plantel, sino que emanan por acuerdo de los mismos padres de familia, del comité de padres de familia y que son lineamientos que son aprobados por la mayoría de los padres a través de una asamblea”.
Si bien las autoridades educativas hacen hincapié en que las cuotas no son obligatorias, los comités de padres de familia siguen solicitándolo como una aportación voluntaria, pues luego de casi 2 años sin ser utilizados, hay planteles que aún siguen necesitando mantenimiento para su correcto funcionamiento.
Algunos de los padres entrevistados, comparten la importancia de estas aportaciones, pues representan un beneficio para sus hijos en cuanto a la calidad y comodidad de las instalaciones donde llevan a cabo su formación académica.
Muchos como la señora María Isabel, coinciden en que la falta de apoyo por parte del gobierno es muy evidente y por ende, el funcionamiento de los planteles depende de estas aportaciones.
Aunque para otras madres como Malenia Escalante y Maricela, a pesar de que el monto afecta a su economía, están dispuestas a pagarlo siempre y cuando sea para el beneficio de sus hijos e hijas.