La noticia dada a conocer por el embajador estadounidense Christopher Landau al canciller mexicano Marcelo Ebrard sacudió a la opinión pública: la detención en Estados Unidos del exsecretario de la Defensa Nacional en la administración de Enrique Peña Nieto, el exgeneral Salvador Cienfuegos Zepeda, fue sorpresiva para las autoridades mexicanas, quienes en todo momento han estado cooperando con sus similares estadounidenses en el combate del crimen organizado. Sin embargo, y a pesar de lo inédita que ha resultado, la aprehensión del ex titular de la Sedena no es del todo inesperada, si se pone en perspectiva todo el sistema de corrupción que el Gobierno de Peña Nieto alentó y protegió: alcaldes, jefes policiacos de todos los niveles, gobernadores y hasta magistrados han sido investigados y/o puestos tras las rejas en los últimos dos años como parte de los trabajos de desmantelamiento de dicha red delictiva, tanto por parte de México como de EU. Ahora Cienfuegos deberá enfrentar un proceso penal en la ciudad de Nueva York por presunta protección y apoyo al grupo criminal identificado como H-2, que operaba en los Estados de Nayarit y Sinaloa, y es posible que pudiesen darse más detenciones o investigaciones contra viejos y actuales funcionarios federales, incluido el actual jefe de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval González, quien fue subjefe operativo del Estado Mayor en el sexenio pasado y que también estaría involucrado en la masacre de civiles en Tlatlaya, Estado de México, en 2014, caso por el que también su exjefe fue involucrado.
Javier Ramírez
Este viernes 16 de octubre se llevó a cabo la primera comparecencia de Salvador Cienfuegos en un juzgado de la ciudad de Nueva York, luego de haber sido detenido un día antes en el aeropuerto de Los Ángeles, California.
Horas antes, la fiscalía de aquel país había confirmado que el exgeneral está acusado de cuatro delitos -tres de narcotráfico y uno de lavado de dinero-, cometidos entre 2015 y 2017, cuando encabezó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Mientras eso sucedía, las autoridades mexicanas confirmaron que serán suspendidas todas las personas que estuvieron involucradas en el trabajo de Cienfuegos y que actualmente trabajen en la administración federal. Y aunque el actual titular de la Sedena, Crescencio Sandoval González, sería una de ellas, ha recibido la confianza del jefe del Ejecutivo federal, quien dijo que hechos lamentables como estos no debilitarán ni a la Sedena y a la Secretaría de Marina (Semar).
Apoyo al Cártel H-2
De acuerdo con la corte del Distrito Este de Nueva York, el exsecretario de la Defensa Nacional, a quien dentro de las investigaciones iniciadas en 2019 se le conoce como “El Padrino”, habría utilizado su cargo para ayudar al cártel H-2 en el tráfico de varias toneladas de droga, como marihuana, cocaína, metanfemina y heroína.
Dicho grupo criminal, al que las autoridades estadounidenses califican de ser extremadamente violento, surgió de la organización de los Beltrán Leyva a comienzos de la pasada década, comandada entonces por Juan Francisco Patrón, alias “H2” y/o “El Chico”, quien se había convertido en una pieza importante del Cártel de los Beltrán, al apoyar en el tráfico de estupefacientes en Nayarit y Jalisco.
Fue en Nayarit donde el “H2” vio florecer sus negocios, con el apoyo del entonces fiscal Édgar Veytia, quien cade recordar fue detenido en 2017 cuando intentó fugarse a Estados Unidos.
Tras la muerte de Patrón en un operativo de la Marina registrado el 10 de febrero de 2016 en Tepic, Nayarit -en un momento que pasó a la posteridad luego de que se difundieran espectaculares imágenes de un helicóptero Black Hawk abriendo fuego contra el inmueble en el que estaba el hoy occiso-, el grupo permaneció prácticamente desmantelado.
En el tiempo que tuvo mayor actividad, el cártel H2 tráfico también armas e inició una guerra contra los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, a cuyos integrantes sometían a torturas antes de ejecutarlos.
Según las pruebas que serán presentadas en la corte estadounidense, aparentemente obtenidas de un teléfono BlackBerry intervenido, el grupo criminal escaló su red de corrupción hasta llegar a Salvador Cienfuegos, a quien pagaban para apoyar al cártel en su expansión hacia otros Estados mientras enviaba operativos militares en contra de los Beltrán Leyva.
Acusaciones de Derechos Humanos
El trabajo de Salvador Cienfuegos al frente de la Sedena no fue del todo excelso, pues durante su periodo fue acusado de haber solapado varios casos de violaciones a los derechos humanos, empezando por los eventos registrados el 30 de junio de 2014 en el Municipio de Tlatlaya, en el Estado de México, donde un grupo de ocho militares abrió fuego contra civiles en una bodega a pesar de que éstos se rindieron.
Asimismo, el exjefe de la Defensa fue acusado de omisión por no haber ordenado al Ejército que actuara los días 26 y 27 de noviembre de ese mismo año, cuando 43 normalistas desaparecieron presuntamente a manos de una organización criminal en Iguala, Guerrero.
Pese a esto, y hasta su detención, el exgeneral había mantenido una trayectoria limpia dentro de la Sedena, donde además de haber cursado varios estudios se desempeñó como agregado militar y aéreo en las embajadas de México en Japón y Corea del Sur, así como participó en visitas diplomáticas en Estados Unidos, Chile, China y Cuba, y fue director del Colegio Militar. Asimismo, obtuvo diversas condecoraciones, entre estas la de la Legión de Honor y la Perseverancia Extraordinaria, Servicios Distinguidos y Mérito Docente.
Tras dejar el cargo el 1 de diciembre 2018, anunció su retiro.
Postura del Gobierno mexicano
Tras conocerse la noticia, el presidente de la República calificó la detención Cienfuegos como “un hecho muy lamentable”, pero recordó que no se pueden adelantar vísperas ni hacer juicios sumarios, pues todo debe probarse. “Son procesos legales en donde las personas acusadas tienen derecho a la defensa”, expresó.
Y aunque aclaró que no existe ninguna investigación sobre Cienfuegos en México, mencionó que se trata de “una muestra inequívoca de la descomposición del régimen, de cómo se fue degradando la función pública, la función gubernamental en el país durante el periodo neoliberal”.
Asimismo, reiteró su confianza hacia las fuerzas armadas mexicanas, recordando que fue él quien eligió al actual titular de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval, y no por sugerencia de Salvador Cienfuegos.
“Estoy absolutamente convencido de que las Fuerzas Armadas de México son instituciones fundamentales para el desarrollo de nuestro país y pilares del Estado Mexicano. Son tan fuertes que ni estos asuntos las debilitan. Ambas constituyen una garantía para mantener la paz y tranquilidad en el país”, expresó.