Signos
Y entonces se quiere el “carro completo” a toda costa. Un priismo convertido en verdemorenismo a toda velocidad. Los mismos retorcimientos legaloides para inculpar penalmente a los opositores más competitivos justo en días críticos de proselitismo, debate y cierre de campaña. La misma planeación de operaciones para alterar los resultados electorales en las urnas (compra de votos con experimentados especialistas procedentes del tricolor y uso de vastos fondos negros que hacen más visible la inutilidad del INE, que no cumple con lo esencial: acabar con el financiamiento delictivo). La “cuatro t” convertida en el circo demagogo de quienes luchan reutilizando las viejas y sucias armas del régimen totalitario que la hizo emerger, y que urge al “carro completo” cueste lo que cueste para imponer por medio de un mayoriteo suficiente las reformas democráticas de la moralización del nuevo México que se anuncian con la continuidad de la “cuatro t”, y así sea con la misma catadura de candidatos que antes llegaban al poder con el tricolor. Ganarlo todo y a cualquier costo para intentar seguir ganando con la herencia sucesoria del jefe máximo que se va y que dejará a su suerte y sin la tapadera de su popularidad y su complicidad a tanto simulador advenedizo que ha hecho fortuna repitiendo su discurso revolucionario sin creer una sola palabra del mismo y haciendo, de las regiones del país en las que lucran, ámbitos con mayor pobreza educativa, más ingobernables y más a merced de los cada día más poderosos y exitosos grupos criminales y que, en cada vez más territorios a su merced, controlan e imponen condiciones para el ejercicio mismo del sufragio.
SM