Influencers no querían gastar dinero en su boda, ¡Y logran que las marcas se la patrocinen!

Las redes sociales se han convertido en la mejor herramienta para muchas personas hoy día, gracias a que con ellas no solo se pueden entretener o comunicarse, pues también es una herramienta de trabajo. Eso lo demostró una pareja de influencers que compartieron cómo, gracias al patrocinio de marcas, pudieron llevar a cabo su boda soñada sin gastar tanto dinero.

Con la idea de tener una boda digna de Instagram, la pareja de influencers conformada por Yola Robert y Mark Huntsinger, optaron por buscar a través de DM a sus marcas favoritas para que mediante patrocinios formarán parte de su ceremonia.

La joven de 29 años explica a medios estadounidenses que optó por realizar su boda así, luego de que junto a su pareja vieran lo costoso que puede salir una fiesta de este estilo donde tenía que gastar más de cien mil dólares para la boda de sus sueños. Pero, de manera realista, Robert solo podía gastar 20 mil dólares de su propio dinero en sus nupcias, que se celebraron en una propiedad privada en Paso Robles, California, Estados Unidos.

“Mi esposo y yo nos sentamos y mapeamos nuestras conexiones y relaciones que habíamos hecho con las marcas”, dijo la influencer de estilo de vida y belleza, que tiene más de 50 mil 700 seguidores en Instagram, cuando converso con su esposo de 33 años, quien también es fisioterapeuta e influencer de TikTok que cuenta con 122 mil seguidores.

“Muchos millennials de mi edad están en esta posición porque no hemos podido ahorrar lo suficientemente rápido y competir con la inflación”, dijo Robert, y agregó que la pareja quería destinar la mayor parte de sus ahorros a viajar, no a organizar una boda.

Los influencers detallaron que en su boda asistieron 110 invitados y contaron gracias a los patrocinios con una estación de cócteles sin alcohol para equilibrar la barra de bebidas alcohólicas, por lo que se puso en contacto con la marca de bebidas sin alcohol, Free Spirits Company, para hacer un trato mutuamente beneficioso que consistía si le proporcionaban bebidas, compartiría fotos de ella disfrutándolas, que la marca podría volver a publicar en sus propias redes sociales.

La marca de bebidas lo hizo y le proporcionó cuatro mil dólares en efectivo, más una caja de sus licores. Con esa cifra, Robert compró todos los elementos esenciales para construir el bar sin alcohol, incluidos vasos, guarniciones y mezcladores. También pudo contratar a tres cantineros para preparar los cócteles sin alcohol durante toda la noche, además de un fotógrafo para capturar el contenido. A cambio, la pareja le dio a la marca Free Spirits alrededor de cincuenta a 60 imágenes de alta resolución para uso de la empresa, además de un carrete de alta resolución de ella y sus invitados a la boda disfrutando de los tragos.

La joven novia también se asoció con Hum Nutrition, que le dio tres mil dólares en efectivo, además de varios suplementos, gomitas, productos de belleza y otros productos para el gran día. A cambio de eso, proporcionó a la marca imágenes y videos de alta resolución de ella e invitados sosteniendo los productos para su uso, y accedió a publicar al menos tres imágenes o videos en su propia historia de Instagram.

Asimismo, la pareja también recibió tequila seltzer gratis de la compañía de bebidas Onda para el fin de semana de su boda. Aunque las bebidas fueron un regalo, Robert les dio un reconocimiento en su cuenta de Instagram.

Como parte de su boda soñada la pareja también logró obtener patrocinio de marcas de moda donde su cortejo nupcial que eran seis personas recibió batas de seda y vestidos sin mangas negros a juego de la marca Splits59, ambos con un valor de alrededor de mil dólares cada uno. Todas estas marcas le enviaron la mercancía gratis con la esperanza de que publicara orgánicamente; no había ninguna obligación contractual. Publicó fotos como agradecimiento en sus historias de Instagram y sus damas de honor también las etiquetaron.

También recibieron patrocinio en trajes, viajes y hasta el local. En total solamente tuvieron que gastar 800 dólares, mientras que los patrocinadores les enviaron más de 120 mil dólares en efectivo y producto.

“Si bien algunas personas pueden despreciar trabajar con marcas durante este momento especial de su vida, mi esposo y yo descubrimos que no solo era súper divertido, sino que nos permitía ahorrar y tener la boda que realmente queríamos”, dijo Robert.

“Todo el mundo es un influencer en estos días, e incluso si no lo eres, las marcas están regalando cosas gratis para obtener exposición y publicidad gratuita”, dijo Amanda Orso, una estilista de fiestas que dirige High-Low Hostess, en la ciudad de Nueva York.

Pero también este tipo de solicitudes de los influencers puede ser muy criticados por las propias empresas, como es el caso viral de la creadora de contenido Manuela Gutiérrez, que se le acercó al Chef Édgar Núñez en sus redes sociales para ofrecerle contenido en redes, a cambio de servicios por parte del restaurante para ella y su novio, motivo por el cual el chef la exhibió en sus plataformas digitales y mostrar su molestia.

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