Signos
Pero es que en el tema venezolano la democracia es sólo un argumento de propaganda y de defensa de poderosos intereses geoestratégicos y de mercado. Las relaciones con China y Rusia le han permitido al país sudamericano un par de conquistas antes impensables: el mayor crecimiento económico nacional del continente y uno de los mayores del mundo (superior al seis por ciento), así como una soberanía alimentaria que tampoco tiene ningún otro país latinoamericano. Lo demás es lo de menos. No importa que en la trayectoria de Edmundo González Urrutia, el enemigo de Maduro que se declara como el verdadero ganador de las pasadas elecciones presidenciales venezolanas y cuenta con el respaldo de las democracias del ‘mundo libre’, se conozcan, por ejemplo, algunos de los más atroces e inocultables crímenes de Estado. No importa que, cuando al servicio de la CIA desde la Embajada venezolana en El Salvador y en los tiempos de la guerra civil de los ochenta, González Urrutia operase sangrientos escuadrones de la muerte que lo mismo masacraban opositores a la dictadura que civiles -fuesen niños, mujeres y ancianos- inocentes, de lo que existen sobradas y documentadas evidencias. Porque fue imposible ocultar tanto sadismo en nombre de la misma democracia que defiende ahora el ‘mundo libre’ en Venezuela y donde su gran líder y representante es nadie más y nadie menos que el agente de los despiadados escuadrones de la muerte de Washington en los ochenta centroamericanos, cuando entonces, en que se multiplicaban los movimientos guerrilleros y revolucionarios, y desde los cincuenta -la década del derrocamiento del régimen democrático y popular de Árbenz en Guatemala-, se cometían los más cruentos y genocidas golpes militares y se imponían en todo el ámbito latinoamericano las más inhumanas y feroces tiranías por órdenes de la mayor democracia de ese mismo ‘mundo libre’, el que ahora acusa a Maduro de dictador y reconoce a González como abanderado de las mejores y más nobles causas de la justicia y la defensa de los derechos humanos y las libertades de los pueblos.
SM