Víctor Mas Tah, quien en 2018 llegó a la presidencia de uno de los Municipios turísticos más importantes de la entidad, defraudó por completo-como prácticamente todos los que resultaron victoriosos en las elecciones de ese año- las expectativas que la gente puso en él. Y es que luego de haber sido gobernados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde el nacimiento del Municipio, los tulumnenses apostaron por Mas Tah para ver un cambio bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática. Sin embargo, en estos tres últimos años, quien fuera presidente del Concejo Municipal en 2008-2009, se dedicó únicamente a llenarse los bolsillos mientras la corrupción y el crimen organizado crecieron sin control, al grado de que en julio pasado Tulum se ganó una reputación ya no por sus atractivos turísticos y la amabilidad de su gente, sino por ser el Municipio de la entidad con más homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, y el segundo Municipio turístico con más violencia en el país. Aun así, se postuló para buscar la alcaldía por segunda vez, lo que definitivamente no consiguió al ser ampliamente superado por Marciano Dzul Caamal, quien está decidido a revisar a fondo las finanzas que dejó su antecesor e interponer las denuncias penales correspondientes.
Javier Ramírez
El expresidente municipal de Tulum, Víctor Mas Tah, ahora convertido en regidor, estaría poniendo sus barbas a remojar ante la serie de denuncias que existen en su contra y las que próximamente interpondría la nueva administración encabezada por el morenista Marciano Dzul Caamal.
Y es que durante su gestión, Mas Tah no sólo habría desviado alrededor de 26 millones de pesos de obras públicas que nunca fueron realizadas o quedaron inconclusas -irregularidad que la Auditoría Superior del Estado de Quintana Roo (Aseqroo) detectó-, sino también pudo haber hecho millonarios negocios con las licencias urbanas.
A todo esto se le suma que destinó menos de 30 mil pesos para la corporación policiaca, misma que nunca pudo contener el embate del crimen organizado, que dejó más de 170 muertos en los últimos tres años, convirtiendo a Tulum en el Municipio del país más violento per cápita en Quintana Roo.
Millonario golpe al erario
En abril de este año se dio a conocer que la Auditoría Superior del Estado detectó un presunto daño a las finanzas de Tulum, cuando al concluir la revisión de la Cuenta Pública 2019 descubrió que se erogaron 21 millones 772 mil 873 pesos en obra pública no sustentada.
La Aseqroo informó que fueron presentados 41 resultados finales de auditoría, determinando 32 observaciones con presunto daño al erario y 79 observaciones de cumplimiento legal, de las cuales fueron solventadas 13 por presunto daño, quedando por solventar 19, junto con las observaciones por cumplimiento legal. De esta manera, se emitieron 92 Promociones de Responsabilidad Administrativa Sancionatoria, 19 Pliegos de observaciones y 16 Recomendaciones.
En el Pliego de observaciones la Aseqroo indicó que como resultado de la revisión y fiscalización se determinó un presunto daño o perjuicio en la Hacienda Pública o Patrimonio por un monto de 21 millones 772 mil 873 pesos, más actualizaciones y recargos generados por los recursos desde su disposición hasta su reintegro a la cuenta correspondiente.
Entre las obras en que fueron encontradas irregularidades está la pavimentación de calles en la Región 1, el ordenamiento vial de la avenida Tulum, la rehabilitación y mantenimiento de las instalaciones de la unidad deportiva, la rehabilitación del CRIM, el mantenimiento del parque Akumal, la construcción de dormitorios en las comunidades rurales San Juan de Dios, San Pedro, Chanchén Primero y Sacabmucuy, la ampliación de las oficinas en el edificio del Palacio Municipal, entre otras.
Tan solo en la obra denominada “Construcción de cuartos dormitorios en la localidad de San Juan de Dios” se gastaron 972 mil 807 pesos, pero nunca se concretó. Parte de ese dinero habría ido directo a la cuenta de Víctor Mas, gracias al contubernio del entonces director de Obras Públicas, Juan Manuel Morales Lara, y el director general Obras y Servicios Públicos Abimael Reyes Medel, quienes en agosto de 2020 solicitaron y autorizaron, respectivamente, el pago de dicha cantidad al empresario José Juan Cuéllar.
Corrupción en obras
En diciembre de 2020, se filtró una grabación en la que el empresario de origen libanés Jamil Elías Hindi, quien fuera gente cercana del exgobernador Roberto Borge Angulo, del exmunícipe de Solidaridad Mauricio Góngora y operador político de Víctor Mas, denunció que éste último se llevaba hasta 7 de los 10 millones de pesos que al mes cobra el Ayuntamiento por las licencias de construcciones urbanas.
“Es un cagadero Tulum, yo meto allá licencia y le genero a Víctor para ganar 15% o 10%, y yo sé hasta dónde puede llegar con este cabrón”, señaló Elías Hindi en el audio.
El año pasado, Elías Hindi, exesposo de la actriz Betty Monroe, fue denunciado en una conferenciad del presidente Andrés Manuel López Obrador por un reportero, quien informó que que el libanés y funcionarios en el Ayuntamiento de Solidaridad despojaron al ciudadano Tomás Couch Segovía de una propiedad.
“La autoridades fueron informadas previamente de las irregularidades y las ilegalidades que estaba cometiendo Jamil Hindi y secuaces, inclusive se supo que estaban intentando lavar dinero por más de 30 millones de pesos mediante esta acción fraudulenta”, aseveró.
Apuntó que las autoridades de Quintana Roo avalaron y encubrieron la operación realizada, pero además no atendieron la denuncia de Tomás Couch, porque su origen es maya y analfabeta.
El empresario libanés se convirtió en uno de los mayores cómplices de Víctor Mas a la hora de desfalcar al Municipio con obras inconclusas, obras que fueron etiquetadas con recursos federales y que fueron entregadas a constructoras que han incumplido con la Ley de Obras Públicas y que, incluso, se fueron del Estado.
Una de estos trabajos fue la pavimentación de calles en la colonia Xulkaa, licitada el 1 de julio de 2020 con el registro HAT/DGOYSPM/COPLP/010/FORTAMUNDF/2020, la cual fue otorgada a José Juan Cuéllar por la cantidad de cinco millones 700 mil pesos, monto proveniente del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios (Fortamun), pero que nunca fue entregada.
Pese a esto, el gobierno de Mas Tah le volvió a dar otra obra, la de los cuartos dormitorios en San Juan de Dios, que, como dijimos anteriormente, tampoco fue terminada.
Violencia rampante
Por último, el problema que más aquejó a los tulunmenses en los tres años de la pésima gestión de Mas Tah fue el incremento de la actividad del crimen organizado. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2019 Tulum fue el Municipio más violento per cápita en la entidad y el segundo destino turístico de México más violento, de abril de 2020 a marzo de 2021, con una tasa de homicidios de 133.7 por cada 100 mil habitantes. Sobrepasa a Ciudad Juárez, Chihuahua, que tuvo 95.1 homicidios por cada 100 mil habitantes, así como a Tijuana, Baja California (103.3) y a Acapulco, Guerrero (44.5). Sólo fue superado por el Municipio de Tecate, Baja California, que registró un índice de asesinatos de 159.6.
Y es que ese lapso de tiempo, Tulum, que tiene menos de 40 mil habitantes, registró 49 asesinatos, es decir, un promedio de más de cuatro homicidios dolosos al mes.
Y a pesar de que las autoridades de seguridad estatales tienen identificadas seis organizaciones criminales que se disputan el territorio de Tulum, el gobierno de Mas Tah apenas destinó 30 mil de pesos al año para la Secretaría Municipal de Seguridad Pública dentro del Presupuesto de Egresos 2021. De esa cantidad, 22 mil fueron para uniformes, 2 mil para materiales y otros 2 mil para suministros.
Víctor Mas Tah destinó más presupuesto para el mobiliario y equipo de la burocracia (un millón 574 mil 645 pesos), así como para el pago de viáticos (un millón 425 mil 234 pesos) que para reforzar la seguridad de los ciudadanos.