La lección de Mar-a-Lago

Signos

Trudeau ruega a Trump que lo reciba y es recibido dos días después en medio de un ruidero nocturno donde hay que pagar lo que se consume en uno de los antros del complejo para la fiesta y el esparcimiento del Presidente electo estadounidense en Miami, donde en medio de la juerga y de la broma el canadiense, nervioso por el relajo y la informalidad en que es recibido, le pide al estadounidense no comparar a su país con el mexicano, que es muy inferior al suyo, y el estadounidense muerto de risa y con dos tragos de más le contesta que de ninguna manera y lo pone en perspectiva: si quiere un trato mejor, que Canadá se convierta en un Estado más de la Unión Americana, como Puerto Rico. Claro que eso haría una gran diferencia con México, aduce. ¿Pero un mejor trato arancelario?… Y, bueno, no se sabe si el antro de Trump envió la cuenta del consumo de los canadienses a su Consulado o su Embajada, o si les hizo el favor de no cobrarles. La cosa es que algunos de los críticos mediáticos más importantes de la oposición al régimen en el poder en México aseguran que la postura mexicana se ha visto muy mal, frente a la canadiense.

SM

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